Ernesto Gutiérrez

Culiacán, Sin.- En el corazón de Culiacán hay un pequeño rinconcito de Oaxaca. Se trata del restaurante Añu Nundua.
Los coloridos azul y rosa resaltan a simple vista del resto de la urbanización del centro de Culiacán, y al cruzar el umbral inmediatamente te transporta a otra tierra, a una morada de un pueblito de Oaxaca.
El aroma a chile, especias, brazas y comida te arropa de inmediato; mientras que la música folclórica típica de la tierra que vio nacer a Benito Juárez te cautiva.
Este pedacito de Oaxaca es la casa de Estela Cuevas Ortiz y Yessica Mabel Macedo Cuevas, madre e hija que arribaron a Culiacán hace 12 años por la falta de trabajo en sus pueblos, San Miguel El Grande y Huajuapan de León.
A su llegada a Sinaloa se dedicaron a cuidar a niños y adultos mayores, pero hace cuatro años Mabel comenzó a trabajar en varios restaurantes, hasta que decidió unir sus conocimientos con el sazón de su madre, quien toda la vida se dedicó a vender comida en Oaxaca, así nació Añu Nundua.
La palabra Oaxaca viene del Náhuatl, y significa en la punta de la nariz del guaje. Cuando buscaban un lugar para establecer su restaurante llegaron a una vieja casona ubicada en la calle Antonio Rosales número 258, donde encontraron un árbol de guaje.
Es por eso que dicen que ellas no eligieron el lugar, el lugar las eligió a ella.
Pero más que un restaurante o un negocio, Mabel Macedo ve este lugar como un estilo de vida, el regresar a su tierra, a sus raíces y ofrecer un poco de sus tradiciones a los culiacanenses.
“Más que un concepto prácticamente es nuestra casa, nuestras tierras, nuestro folclor, nuestra cultura. Queremos transmitir parte del folclor en los colores, lo que viene siendo la comida de casa. Es contarte la historia de vida de mi mamá a partir de la comida, todo este recorrido de lugares donde ha ido, sus diferentes lugares donde ella vivió”, expresó.
Aquí se ofrece una gran variedad de comida típica de diferentes regiones de Oaxaca, como chileajo, chilate de pollo, chiles rellenos, guisados de pollo, moles, enmoladas, memelas, huaxmole, chapulines y tlayudas.
Para Doña Estela es un orgullo mantener viva esta cocina prehispánica y preservar las tradiciones de su tierra, es por ello que todo se prepara al momento para los clientes.
“Pues la verdad me siento orgullosa porque estar aquí, en este lugar, y volver a hacer lo de antes, como comía la gente de antes y nos nació hacerlo aquí, al abrir este restaurancito”, comentó.
Añu Nandua sabe a Oaxaca, por eso Mabel y Doña Estela invitan a los culiacanenses a visitar este rinconcito muy íntimo y disfrutar de los suculentos platillos que ofrecen.