Guasave, Sin.- Es incapaz de sostener la mirada en alto, siente vergüenza e impotencia, que se suma a la preocupación de no saber a dónde irá con sus dos hijos. Los ojos de Lizeth Ruiz Espinoza, dan cuenta de las largas horas de llanto a causa de la angustia.
Fue alrededor de las 09:00 horas del viernes cuando la cuadra se llenó de policías, mientras que Paul Román, quien se adjudica la propiedad de los predios del sector Colonos Unidos, en dónde tiene su casa, una humilde vivienda de dos habitaciones, en compañía de su abogado, ejecutaron una orden de desalojo.
Atrincherada en su hogar, mientras la fuerza pública irrumpía en su domicilio, la joven madre de familia volvió sufrir la angustia de perder su hogar, esto después de que en el 2010 la violencia la hiciera dejar su casa en Agua Caliente de Cebada, comunidad perteneciente al municipio de Sinaloa.
“Soy madre soltera yo con mis dos hijos, pues llegaron el montón de patrullas y me rompieron el vidrio, me sacaron todo y pusieron otra chapa, ellos llorando, igual yo. Que me ayuden, yo quiero mi casa, yo no me puedo quedar así, es difícil, lo que yo ya creía que era mío, que es mío.”
Pero Lizeth no es la única afectada, en las mismas condiciones están al menos 13 familias más, todos ellos desplazados de la misma comunidad, Agua Caliente de Cebada, quienes desde el 2010 se asentaron en estos terrenos, porque estaban enmontados y nadie podía comprobar con título de propiedad en mano que fueran de ellos.
Maximina Aboites fue de las primeras en llegar al sector, ella arribó hace 11 años, todo era monte, ellos limpiaron y empezaron desde cero, han sido muchas batallas, primero por servicios públicos, con el hostigamiento constante y también porque han sido víctimas de muchos abogados que sólo les han sacado dinero sin que realmente les ayudaran a lograr la certidumbre del predio.
“Las poquitas de familias que estamos pues entramos en pánico porque vimos ayer como estaba todo lleno de policías, lleno hasta la puerta de aquí de la vecina, se metieron, querían esposar a las mujeres que se ponían en la puerta para que no entraran porque ella estaba encerrada, ellos abusaron mucho también, eso para nosotros fue muy triste muy feo.”
Para mucha gente es fácil juzgar lamenta Maximina, pues hay quienes no dimensionan que si ellos salieron de la sierra fue porque la situación allá era insostenible y prácticamente los obligaron a salir de sus comunidades.
“Ellos no entienden porque no saben de dónde venimos, no saben cómo ha sido la vida de nosotros, nos venimos de allá de la sierra porque igual nos sacaron de allá también así, nos venimos no por nuestra voluntad, también a volver a empezar y pues a nosotros se nos hizo fácil por la necesidad que nosotros traíamos “, expresó
Los afectados están dispuestos a irse a otro lugar pero que sea digno y que ya sea de ellos, les duele que los saquen, pues ahí han vivido de todo y han batallado, no es solo lo económico, sino que ya sienten sentido de pertenencia e identidad.
Hacen un llamado a las autoridades para que los ayuden, pues se supone que hay recursos y dependencias para atender a estos grupos marginados.
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