Culiacán, Sin.- El Ferrocarril Occidental De México fue construido en 1942 y bautizado por los culiacanenses como El Tacuarinero, el cual era la conexión entre Culiacán y Altalta, que en aquellos tiempos era un puerto económicamente activo.
El historiador Sergio Valenzuela Escalante, recordó que la fundación de este ferrocarril se dio en el Porfiriato y aunque era un proyecto más amplio, quedó truncado, porque atravesar la Sierra Madre Occidental no era tan sencillo y requería de una inversión mayor.
Esta ‘bestia negra’ se ganó el mote de El Tacuarinero, por el Tacuarín, un bocadillo que se vendía arriba de la máquina.
“Según la crónica popular narra que se le puso el mote del Tacuarinero porque en las poblaciones que estaban entre Bachigualato, Aguaruto y San Pedro se subían las mujeres a vender tacuarines, el Tacuarín es una rosquilla hecha de masa de maíz”, explicó Sergio Valenzuela.
A don Sergio le tocó ver bravear la máquina cuando era solo un niño y la impresión que dejó aquella bestia de 50 toneladas aún está muy presente en su memoria.
“Si uno se emocionaba cuando veía pasar el tren de aquellos tiempos, que era a diésel, más se emocionaba el niño que veía una locomotora a vapor. Era ver las columnas de humo, yo recuerdo que se veía humo blanco en la parte de arriba, en la chimenea alta, y humo negro o más obscuro, gris, en la parte de abajo, a la altura de las llaves y el silbar de la locomotora era impresionante”.
Los vestigios de esta locomotora también están presentes en la plaza comercial La Ceiba, donde rescataron el depósito de agua de una estación de servicios, la cual suministraba el líquido para que el carbón lo convirtiera en vapor y pusiera a andar a El Tacuarinero.
“Cada tanto tramo dentro de la ruta del ferrocarril había estaciones de servicio donde había tanques elevados como este, depósitos de agua. Eran como una estación de combustible, lo que se consumía más, gastaba más, era el agua; entonces, necesitaban estar surtiendo de agua más seguido”, comentó el historiador.
Fue en los años 50 cuando un huracán devastó el puente ferroviario del Río Culiacán, ubicado a la altura de El Limoncito, en Navolato, y los dueños de El Tacuarinero decidieron no repararlo, poniendo fin al vapor de esta bestia, quedando estacionada frente a Palacio de Gobierno por la Insurgentes.