Reinventando la Política
En Morena se están dando con todo, allá en CDMX, los morenistas se están empezando a pegar sin haber necesidad.
Hace días en Twitter doña Layda Sansores, Gobernadora de Campeche, anunció que en su programa “Martes del Jaguar” presentaría material contra Ricardo Monreal, creyendo que así como dobló a Alito Moreno y lo entregó en charola de plata al régimen, creyó que podría hacer lo mismo con el líder senatorial zacatecano.
Se equivocó, le embozalaron el “jaguar” y entraron diferentes fuerzas para parar la desmesura de la gobernadora campechana, lo que pasó es que varios actores entraron a parar a Layda y llamar a no pelear, entre ell@s su candidata a la presidencia: Claudia Scheinbaum.
Posteriormente entró el árbitro y “machuchón” de Morena, nada más y nada menos que el presidente López Obrador.
Eso sí, en el inter le develaron que Alito y Monrreal se habrían puesto de acuerdo para entregar Zacatecas al hermano del líder senatorial, quien ayer renunció al PRI fue la candidata, la senadora Claudia Anaya, quien se sintió engañada por su líder nacional, Alito Moreno, que prácticamente se puso de acuerdo con Ricardo Monreal para facilitar la derrota del PRI y dejar llegar a Morena.
Sheinbaum y López Obrador pararon la andanada que Layda quería soltar contra Monreal para noquearlo, porque cayeron en cuenta que no era bien visto la carnicería en Morena, ya que esa carnicería podría multiplicarse en las tribus en todos los estados.
El adelantar con tanto tiempo la sucesión originó eso, una posible carnicería al interior de Morena, porque si Layda soltaba el jaguar contra Monreal, en los estados iniciaría una carnicería en el movimiento del presidente.
Porque si en lo nacional caminaba el despellejamiento de Monreal, en muchos estados habría despellejamientos o mini cacerías contra actores políticos y eso metería a Morena a una lucha fratricida al interior y nadie podría haberlo parado. Quemar a Monreal hubiera instalado quemas o ajusticiamientos políticos de morenistas contra morenistas en los estados y por tanto la división de ese partido.
Por eso y por otros ingredientes que no gustaron a la sociedad, fue lo que salvó al Químico Benítez, mucho le ayudó este pleito en lo nacional. El detener la carnicería en lo nacional detuvo los procesos contra el hoy secretario de Turismo. Por el momento, claro.
Lo cierto es que el discurso de polarización que hay en el país ya está alcanzando al movimiento del presidente. Los escupitajos ya empiezan a caer a un lado de su partido.
Los pleitos de Morena van a estar encapsulados, pero estarán apareciendo y eso sí, lo que seguirá será peor, porque antes del reparto de candidaturas, los morenistas se van a dar con todo y todo es todo.
Por lo pronto, en Morena saben que llevan todas las de ganar, por eso pararon la pelea porque saben que si se dividen y no se juntan podrían perder el terreno ganado.
La guerra fratricida en Morena se detuvo en lo nacional. Habrá paz morena, pero en las vueltas “los ajusticiamientos políticos” serán a mansalva. Quien quede vivo políticamente hablando, llegará al 24, por eso el Químico Benítez compró tiempo, sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo ganar y ¿candidatearse a tiempo? Se va a saber si lo dejan ser candidato.
Lo cierto es que en esa virtud que tienen en Morena de medir al tiempo, ya se dieron cuenta que ya están polarizados.
Hay decisiones que no gustan y no se digieren, pero quienes las toman tienen que demostrar porqué tuvieron razón y solamente el tiempo y la colectividad irán diciendo, ¿qué pasó?
Y eso que como dijo Leduc: de amor y dolor solo cura el tiempo.