Reinventando la Política
Ayer el presidente López Obrador negó que la encuesta para seleccionar al candidato a la gubernatura de Morena en Coahuila, no estuvo cuchareada.
Mientras el subsecretario de seguridad federal, Ricardo Mejía, el lunes desconocía la encuesta que no le favoreció. Por eso, horas después su jefe el presidente le enseñó los colmillos.
Tempranito ayer, fue llamado el subsecretario en rebeldía a Palacio Nacional.
El mandatario horas antes, en su conferencia mañanera no sólo defendió el método de elección sino que públicamente dictaba la orden: Mejía tenía que aceptar los resultados, aunque no le hayan beneficiado.
Y sentenció que quien no está de acuerdo con los mecanismos de Morena, puede romper con el partido y se va, no pasa nada. Dijo.
¿Para quién fueron los mensajes?
Primero para Monreal y el segundo para Ebrard. Coahuila fue el telegrafo no tan encriptado donde el presidente le envió sendos mensajes al canciller y al líder senatorial.
Parece que la decisión de Coahuila estuvo decidida desde hace tiempo, porque incluso quien fue bendecido con la bienaventuranza de Palacio, el Senador Armando Guadiana, hace días anduvo en Qatar, muy quitado de la pena anduvo por aquellos lares ya con la candidatura en la bolsa. Ya traía la encuesta a favor. Lo más probable es que está decisión fue para favorecer al PRI coahuilense.
Por lo pronto, Coahuila sirivió para enviar mensajes en tres bandas: al PRI “amor con amor” se paga… aunque sea con migajas; a Ebrard, si no te gusta la decisión ¡te someto!, como a Mejía; a Monreal: vete y no pasa nada… pero la verdad es que algo va a pasar y atente a las consecuencias.
La sucesión va a ser una feria de cambistas, pidiendo cobrar su amor para que les paguen. Veremos como quedan sentados los actores y quienes se quedan sin sillas.
Porque amor con amor se paga, ¿imagínese cómo será el pago cuando hay odio de por medio?
Porque si se desata el odio, pueden desatarse tragedias, esperemos que no… que todo se conduzca controlado.
El PRI parece que se llevará una gubernatura, nomás una… y falta que los expriman de aquí al 2024… mientras tanto en Sinaloa, andan hechos bolas.
Ebrard y Monrreal deben haber tomado nota… ¿Arrancarán con una corriente democrática o se someterán al presidente? ¿Lealtad o rifársela? No les queda mucho tiempo para saber cómo van a jugar.
Hasta ahorita se huele sometimiento.
La lectura de Coahuila es que el presidente no quiere que se le salga nada de la ecuación.