Culiacán, Sin.- En un ambiente aún tenso por las recientes balaceras por la captura de Ovidio Guzmán y con una calma efímera e impredecible donde cualquier vehículo con polarizados oscuros y de modelo recientes se hace sospechoso, la ciudadanía retoma sus actividades para salir a pasear en este domingo familiar.
Poco antes de las 9:30 de la noche de este sábado 7 de enero, Don Isidoro, un hombre adulto mayor de 83 años, se disponía a descansar en una pequeña cama debidamente ordenada, cuando el infierno se desató a unos metros de su domicilio que se localiza por la Mariano Escobedo, entre las avenidas Manuel Estrada y Fray Bernardo de Balbuena de la colonia Miguel Hidalgo ubicada al oriente de la ciudad.
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Los vecinos señalan que a esa hora se comenzaron a escuchar disparos por todos lados, luego estruendos de los impactos de los vehículos artillados y blindados del ejército contra los portones de los domicilios y casi de manera simultánea un helicóptero sobrevolaba la zona con las luces apagadas en apoyo a las tropas de tierra que incursionaron en la zona donde presumían se realizaban actividades ilícitas.
Nadie sabe con exactitud qué es lo que pasó, pero de lo que sí está segura la familia de Don Isidoro Medina Zazueta es que asesinaron al adulto mayor ampliamente conocido en el sector donde reside debido a que en sus años mozos fue comerciante y estuvo al frente de su tienda de abarrotes por más de 50 años.
Su hijo Osvaldo piensa que a Don ‘Yoyo’ lo sorprendió un gran golpe que lo hizo levantar de su cama al tiempo que los militares ingresaban al inmueble sin ninguna orden judicial y con la sola presunción que integrantes de algún grupo delictivo se resguardaban en la vivienda.
Al señor le dieron un balazo en uno de los costados que le perforó uno de los pulmones y sospechan de los militares que irrumpieron en su vivienda.
Los testigos señalaron que a Don ‘Yoyo’ lo sacaron de la casa aún con vida y lo trasladaron a bordo de una patrulla del Ejército Mexicano de las conocidas como “rápidas” a recibir atención médica al hospital del ISSSTE, donde minutos después fue declarado sin vida, pero de manera extraña y tras el operativo el inmueble del anciano donde según las declaraciones de la familia fue batido por los militares en busca de “algo” y en el que quedaron los charcos de sangre que salió del orificio por donde a don Yoyo se le escapaba la vida, no fue acordonado.
El hombre con más de ocho décadas de vida compartía la casa con una de sus nietas y el esposo de ella, pero en el momento de la “tracatera” no se encontraban porque andaban de visita con un familiar y fueron los vecinos quienes llamaron de inmediato a los hijos de Don Isidoro para avisarles y que acudieran a lugar debido a lo que acababa de ocurrir.
“Los vecinos me mandaron fotos. Me avisaron lo que había pasado y rápidamente me vine para acá, pero ya mi apá no estaba. Nos fuimos al hospital y lo encontramos, pero ya había fallecido. Él no manejaba armas, era un hombre retirado. Queremos saber quién disparó la bala que le costó la vida y queremos que se haga justicia, que investiguen quién fue el que lo mató. Que venga la Fiscalía de aquí y levante las evidencias. A nosotros no nos dejan entrar a la casa, pero no está acordonada”, exigió el hijo mientras observa que uno de sus vecinos enciende este domingo una veladora sobre la banqueta del inmueble.
En lugar donde se registró la balacera la noche de ayer sábado aún permanece custodiado por elementos de la Sedena, presuntamente en espera de una orden de cateo ordenada por un juez federal para revisar dos inmuebles que están a un costado de la casa de Don Isidoro, pero hasta el momento ninguna autoridad ha dado a conocer los detalles sobre la muerte del hombre con una larga historia de trabajo y admiración por parte de sus vecinos.
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