Ernesto Gutiérrez

Culiacán, Sin.- En Sinaloa más de 35 escuelas han cerrado sus puertas definitivamente a causa de la pandemia, sin embargo, lo que fue una tumba para algunos, se convirtió en una oportunidad para otros. Tal es el caso de las hermanas Tania y Alondra Garza Santa Cruz, quienes abrieron el Heron English Instituto durante la contingencia.
Ambas estudiaron la licenciatura en enseñanza del idioma Inglés y desde que se estaban preparando soñaban con poner su propia escuela. El proyecto inició hace un año con un alumno bajo la modalidad on line y hoy atienden a más de 10 estudiantes de manera presencial y 15 en línea.
“Ambas estudiamos la carrera juntas y siempre fue la idea de apoyar a quienes necesitan el idioma y quieren aprenderlo, ya que creo que nosotras batallamos al momento de aprenderlo y vimos las dificultades que se estaban viendo, entonces decidimos que queríamos hacer una escuela, algo sobre la enseñanza del idioma”, expresó Alondra.
Las hermanas Garza aprovecharon la pandemia para iniciar su proyecto mediante clases virtuales, lo que les permitió ahorrar dinero para rentar un local, comprar mobiliario, insumos y contratar todos los servicios necesarios para consolidar su sueño.
“Mira que es muy diferente, de cada parte se aprende algo. La parte en línea sí ha sido un poco complejo cuando son niños más pequeños, sin embargo tratamos de que sea dinámico, entonces los niños realmente se adaptan muy rápido y muy fácil. Ya en cuestión de presencial, los niños tienen esa posibilidad de manipular material, puedes trabajar otras áreas y tienes más acceso a poderles dar una retroalimentación más exacta”, detalló Alondra.
En la medida de lo posible han empezado a recibir alumnos y dar inicio a las clases presenciales, algo que los mismos estudiantes les estaban exigiendo para una mejor compresión.
“No es la misma dinámica estar detrás de una pantalla, al estar aquí y estarlo apoyando de más cerca y fue lo que nos llevó a abrir este espacio porque era una necesidad. Ha sido difícil pero creo que también muy bueno, y también muy significativo porque, cómo lo dijiste, unas fueron cerrando y nosotros fuimos abriendo con el miedo y también con el temor de saber que iba a pasar”, aseguró Tania.
Además de las clases de inglés, las hermanas se asociaron con otra pedagoga que brinda apoyo académico y terapias, con el fin de brindar una atención más completa.
Ahora son ejemplo de que con perseverancia, paciencia y talento si se puede emprender durante la pandemia.
