Reinventando la Política

Sin duda con lo acontecido a ciudadanos estadunidenses en Tamaulipas el viernes pasado, aunado a eso una semana, también en ese mismo estado a jóvenes que recibieron fuego del ejército mexicano, nos demuestra que dos sucesos seguidos en un estado fronterizo, que pudiese haber visos de ingobernabilidad.
Mientras en la mañanera se pontifica y se acusa, esa era, la era del Obradorato, terminará en menos de dos años y lo que se está fincando es una sensación de “cobro de afrentas” por parte del vecino del norte.
Estas pudieran venir en la mesa de negociaciones del T-Mec, pero también pudieran venir en el posobradorato.
En Estados Unidos, están dejando vestigios de la clase de Estado-Nación que somos, mientras acá la pelea se partidiza, allá, con nuestros socios más importantes: nos ven igual. A todos parejos.
Por eso, nadie piensa en el posobradorato, ahí la mesa se va a servir diferente.
Por eso la lucha en Sinaloa es esa. Llegar vivos y con fichas a esos tiempos. Pero el tiempo y la cadena de consecuencias están arrastrando a grupos a la debacle y a otros a mejor no moverse.
El país se está calentando y empezó por Culiacán a inicios de enero ¿A qué estado le seguirá? Si Tamaulipas y Zacatecas están en ebullición.
Cada vez más se configura la sombra del 94 en esta sucesión… se viene una vorágine de violencia, pero todavía no sabemos si será violencia política… y eso que ya no estamos para tragedias.
¿Qué sigue? ¿Qué tanta temperatura podrá aguantar el país?