Reinventando la Política

La máxima casa de estudios elige a su rector cada cuatro años, pudiendo reelegirse por un período, este es elegido por la Junta de Gobierno de la UNAM.
Los requisitos para ser rector son tener edad mayor de 35 y menor de 70 años, no haber sido integrante de la Junta de Gobierno los últimos dos años, grado superior al bachillerato, contar con un tiempo determinado de servicio docente o de investigación en la Universidad, distinguirse por ser una persona honorable y prudente.
Los interesados se registran e inicia el proceso de selección. Siempre el rector ha salido de las filas de los abogados, ingenieros, médicos y científicos duros, salvo Pablo González Casanova de profesión sociólogo, todos han pertenecido a una élite de la academia.
Ahora bien, la Junta de Gobierno fue creada en 1945 y está integrada por 15 miembros de la comunidad académica que son elegidos por el Consejo Universitario, entre sus facultades está nombrar al rector y a directores de facultades, escuelas institutos y a los miembros del patronato universitario.
Un candidato puede ganar la rectoría hasta con un mínimo de 10 votos de los miembros de la Junta de Gobierno.
Y hasta el día de ayer era esa la forma de elegir rector de la UNAM, ya que Morena alista iniciativa para quitarle la facultad a la Junta de Gobierno para elegir rector y que sea la comunidad universitaria la que vote por su máxima autoridad.
¿Y en qué tanto tiempo? ¿Las campañas de los candidatos sería en todos los estados donde hay instalaciones de la UNAM? ¿De dónde saldría el financiamiento? ¿Y los gastos de publicidad?
¿Por qué a 8 meses de que inicie el proceso electoral se está polarizando al país?
¿A qué grupos de interés le tiene el miedo el presidente para enervar a la comunidad universitaria? ¿Por qué se cambian las reglas del juego con el Plan B y le metes turbulencia a las comunidades universitarias?
Si nos vamos a la lógica del poder de Luis Echeverría o de Carlos Salinas, es porque hay una jugada sorpresa que pretenden hacer y no estamos viendo.
Echeverría estando en Gobernación partió al Ejército, luego llegó y no heredó a otro grupo sino a su cuate de infancia rompiendo las reglas de la sucesión.
Tanto con Salinas y Echeverría no fue lo que se veía hasta el último minuto.
¿Qué bola está escondiendo el presidente? ¿Qué no estamos viendo?
Hay que descifrar rápido los lanzamientos si no también va a ponchar hasta a los de casa, cuando ya no esté arriba de la loma de pitcheo o lo que es lo mismo -en lenguaje presidencial- en Palacio Nacional.
Porque cuando ya no esté AMLO en la silla van a quedar varios gobernadores vulnerados y con “rastro” y el o la que venga no va a querer cargar con culpas ajenas.
Lo que estamos viendo es una jugada de fantasía, es pero no es, para el 2024, se vendrá una “limpia” dentro del régimen. Como así fue en el “postsalinato” y en el “postecheverriato”.
¿Por que habrá de ser diferente, si la lógica de acumulación de poder es la misma?
Mientras tanto quieren soltar al tigre, poniéndole bozal al Puma.