Reinventando la Política

El año de 1994 fue un año que fracturó al país, no cabe duda que nuestro México vive fracturas que todavía no cierran y cuando el país se lesiona, no es sino hasta los años cuando la repercusión se padece y lastima a la sociedad.
Veníamos de 1988 una elección muy cerrada y donde Salinas al ganar necesitaba desmantelar el entramado electoral del PRD, por eso Solidaridad y el acceso de recursos a municipios y seccionales perredistas, para ello hubo un ingeniero electoral y planificador de recursos: Luis Donaldo Colosio, quien a través de la PRONASOL, el programa nacional de solidaridad desplegó recursos por todos lados, en ese tiempo los delegados de esa poderosa institución fueron gobernadores, excepto quien fuera delegado aquí en Sinaloa, aquí la historia fue diferente. Acá nos llegó candidato de la reforma agraria, la desmantelación del ejido se tenía que pagar.
El país seguía dolido por la elección y la clase política vieja fue arrinconada y terminaron de llegar los “tecnócratas” al poder, los viejos fueron hechos a un lado. En 1989 se gana la primera gubernatura de oposición formalmente en Baja California, aunque años antes en Chihuahua ya se había ganado, pero Manuel Bartlett, secretario de Gobernación, autoridad electoral también no dio el triunfo y alegó “fraude patriótico”.
Así caminaba el país entre una apertura económica desenfrenada que dejaba estela de ruina entre empresarios locales y un auge desmedido, poco a poco fuimos perdiendo la costumbre de ir a ver a los abuelos los domingos por la de ir a la plaza a consumir.
El país fue cambiando, pero la desigualdad seguía aumentando y el germen de la inconformidad seguía creciendo.
El presidente iba acumulando poder y nadie a su alrededor crecía. La oposición le iba creciendo en discurso, pero el PRD no lograría volver a disputarle al PRI el poder y el PAN cauteloso era la bisagra.
Se vino la campaña desde 1993 y Colosio nomás no prendía… no conectaba y Camacho Solís le hacía lo que llamaban “La otra campaña”, además en los primeros días de 1994 se viene el alzamiento zapatista y el Ejército Mexicano entra en “stress” porque hubo momentos en que no eran claras las órdenes hasta que hubo un alto al fuego.
El país se estaba quemando, parecía olla de presión y de repente al igual que con Julio César, en los idus de marzo, matan al candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio, ayer fueron 29 años de esa tragedia.
Hoy en estas fechas, estaremos en un año en elecciones presidenciales las tan mentadas del 2024 y vamos a esta renovación del poder donde ya es otro México, pero con un presidente con una acumulación de poder inusitada, una alta concentración de decisiones en él mismo, al igual que Salinas en su tiempo, con un entramado clientelar envidiable con el “Bienestar” lo que antes era Solidaridad.
Vamos a la elección con un Ejército dueño del gobierno, estresado porque quieren garantías de total control de privilegios, con un crimen organizado que pedirá garantías y certidumbre de acuerdos, pero que no trae del todo el factor confianza. En el país, con un discurso envenenado y un núcleo de la población que le sigue creyendo todo al poder… con esos ingredientes, si un actor de la elite actual no siente o percibe certidumbre se puedeb repetir hechos lamentables, no asesinatos, pero si vamos a irnos a un 2024 muy violento.
Esperemos que no pase una tragedia, a Salinas todo le salió bien, menos la sucesión, el presidente igual tiene a la oposición contra la pared y se ríe de ellos, pero México es muy inexplicable en los momentos difíciles…
Al final, me quedo con la frase del Dr. Vergerus en la película El Huevo de la Serpiente de Ingmar Bergman: “Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado”.
Lo que se está incubando en el país ya se está formando y tanta acumulación de poder no es para nada bueno… al tiempo lo veremos.
En el 94 hubo cadáver tendido. ¿En el 2024 qué pasará?
Ahí lo iremos viendo.