Reinventando la Política
El día de ayer funcionarios del más alto nivel del Gobierno de México como Marcelo Ebrard, titular de la Cancillería; Rosa Icela Rodríguez, titular de Seguridad; el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero; el general Cresencio Sandoval, titular de Sedena; el Almirante Rafael Ojeda, titular de Semar y el general Audomaro Martínez, por el lado americano estuvieron la asesora de Seguridad Nacional Elisabet Sherwood, el fiscal general Merrick Garland, el secretario de Marina Carlos del Toro y el Embajador Ken Salazar.
No estuvo el secretario de Estado Anthony Blinken, quien ha sido un crítico duro de la forma en que se administra el problema del fentanilo en nuestro país. Tampoco Anne Milgram, la directora de la DEA.
Mientras México asistía con los representantes de más alto nivel, Estados Unidos enviaba autoridades, pero no del nivel directivo más alto. Fueron nada más a calarlos y a exigir resultados. Más nada.
En esa reunión, del lado mexicano con formas y gestos muy serios, del lado americano con las caras erguidas, expectantes como esperando qué palabras van a escuchar, la clásica pose de gerente que está esperando los compromisos o los pretextos ante una nueva exigencia.
Parte de lo acordado fue la creación de la Unidad de la FGR dedicada al tráfico de drogas sintéticas, ¿más burocracia para perseguir un delito?
A su vez se le dotarán de equipos a la Sedena para la supervisión de aduanas terrestres para evitar el trafico ilegal de armas y drogas sintéticas. ¿Y el recurso humano cómo lo van a supervisar?
Mientras, la narrativa es decir que el fentanilo viene de China como diciendo que hay permiso del gobierno de aquel país para decir lo que sea, mientras ellos niegan cualquier pecado, el gobierno mexicano se le van acabando los trucos y el margen de maniobra, esta reunión se notó.
Ahí estaban dos corcholatas ante el gobierno americano, una para la presidencia y otra para la jefatura de la CDMX, ahí tras la agenda del fentanilo, los intereses políticos se siguen cruzando.
En esa cumbre quedan lecturas: si no había las cabezas de la lucha contra las drogas, ni las personas más cercanas al presidente Biden. Las autoridades mexicanas tras bambalinas muy probablemente fueron sometidas a un nuevo marco de exigencias.
En esa estrategia conjunta contra las drogas sintéticas y en esa estrategia de seguimiento semanal que harán, este nuevo marco de entendimiento probablemente abra nuevamente la participación de la DEA en el territorio nacional, así como la exigencia del gobierno americano de la desarticulación de aparatos de distribución de ese opioide sintético.
Los americanos escucharon y por la pose exigieron, ¿qué exigieron? La respuesta está en los cielos.
Este nuevo marco de entendimiento abre la puerta para que los helicópteros no dejen de volar y en las noches muchos anden con los ojos pelones.