Reinventando la Política
La cumbre de Washington de hace días, donde todo el gabinete federal mexicano estuvo plegado ante un equipo del gabinete americano que no pertenecía al mismo nivel, salvo el fiscal americano, pero si tenía la autoridad de exigir resultados. Provocó ciertas medidas del gobierno americano contra la lucha del fentanilo.
El jefe de la delegación fue Marcelo Ebrard, canciller y “corcholata” replegada -en discurso- por el presidente López Obrador.
Aunque en esta situación que es una crisis de seguridad nacional para Estados Unidos, Marcelo Ebrard dio la cara y se comprometió a trabajar, mientras Claudia Scheinbaum anuncia a “Rosalía” en el Zócalo y Adán Augusto buscando parecerse a su paisano.
Los saldos de la cumbre del “Fentanilo” en Washington D.C. será una consecución de una feria de pactos traicionados, desde el poder y podría reconfigurar la agenda política de Estados Unidos.
Y es que, desde hace unos meses a la fecha, Estados Unidos, ha demostrado que no quiere que se le queme la casa con fuego iniciado en el patio, por eso, está empezando a poner orden. Un orden que no ponían tan enérgicamente. Pero ya empezaron.
Pareciera que en los organismos de inteligencia americanos hay dos tipos de tomadores de decisiones: los que no les importa el desorden en el patio porque saben dónde tienen la podadora y los que quieren el patio limpio y sin que la hierba crezca. Los primeros prevalecieron de 2018 a mediados del 2021, de meses a la fecha los segundos están tomando las decisiones de seguridad nacional en EE. UU.
Y el fentanilo ahora resulta que no tiene país de fabricación. Cómo si EE.UU. no se diera cuenta de todo.
Y eso que acaba de detener a los que descubrieron “papers del pentágono”.
Lo cierto que Marcelo “sin querer queriendo” con lo del “Fentanilo” se posicionó ante la Unión Americana por el problema de ese opioide.
Y mientras no sabemos dónde se hace el “fenta”, la adelantada SEDENA si lo sabe y hasta lo comunica.
La cumbre del fentanilo en Washington va a explicar el futuro de muchas cosas que van a suceder, cosas sorpresivas.
Y en política no hay sorpresas… ¡Hay sorprendidos!