Culiacán, Sin.- Tras la detención del cirujano bariatra, Hernán, siguen saliendo a la luz múltiples casos de negligencia que han dejado entre la vida y la muerte a muchos de sus pacientes.
Tal es el caso de Sonia, una madre de familia que desafortunadamente perdió la vida tras uno de los procedimientos de manga gástrica practicado por el doctor Hernán, ella estaba contagiada de COVID-19, pero no lo sabía, pues el médico nunca le solicitó una prueba.
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A la redacción de Los Noticieristas, se comunicó uno de sus hijos, quien relató los hechos que provocaron la muerte de su querida madre.
Contó que todo inició en marzo de 2021, cuando su madre acudió a una cita con el doctor y sin mayores análisis o estudios médicos, únicamente pesándola, le confirmó que era candidata para realizarse una manga gástrica.
El médico procedió a solicitarle un anticipo del 50 por ciento del costo total de la cirugía, la cual sería de $65 mil pesos.
Los días corrieron y en abril, Sonia acudió a dar el anticipo y la programaron para el día 27 del mismo mes, le solicitaron 15 días de dieta y una lista de análisis pre operatorios, entre ellos: análisis de sangre, radiografías, una endoscopía, pero nunca, una prueba COVID a pesar de que se practicaría la cirugía en plena pandemia.
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La señora Sonia, le comentó al doctor que ella tenía una hernia hiatal, pero él le respondió que en los estudios no se apreciaba y que todo estaba perfecto para realizar la cirugía. El hijo refirió, que al cirujano no le tomó ni 5 minutos en revisar los análisis.
Sonia celebró días antes de la cirugía con un pastel que tenía un letrero que decía “adiós gordita”.
EL DÍA DE LA CIRUGÍA:
Se llegó la fecha, Sonia entra y sale del quirófano y el doctor confirmó a sus familiares que sí tenía una hernia, misma que en ese mismo instante tuvo que operarla, por lo cual, tendría que llevar una dieta distinta y además, tendría síntomas como náuseas, reflujo y gases.
Por la noche, la paciente externó al doctor que sentía cansancio y debilidad, a lo cual, Hernán le respondió que era normal tras el procedimiento que acababa de someterse. Al día siguiente la dan de alta.
Al acudir a su primera cita post operatoria, el personal no conocía ni su nombre, su caso, mucho menos a qué iba, esto provocó que comenzaran las alertas en la familia.
“La pasan y lo único que hacen es ponerle un suero vitaminado y así prosigue los otros dos días con fatiga y cansancio y dificultad para respirar”, relató.
Fue la mañana del 2 de mayo, cuando Sonia se tomó la oxigenación y se percató que estaba baja, le registraba 82.84 y al comentarle al doctor, este le responde que es normal, pero le suministró otro medicamento y es hasta aquí cuando le solicita que se realice una prueba de COVID.
“Es esa misma tarde cuando mi mamá es ingresada a urgencias por paciente COVID, a lo cual, le llamo al doctor, le externó la situación y él acude al hospital y se entera que mi mamá estaba en situación crítica ya que él había realizado la operación estando mi mamá infectada de COVID, él nunca le solicitó la prueba para descartar contagio de COVID previo a la cirugía”.
Pese a este diagnóstico, Sonia no podía ser atendida como un paciente COVID, pues acababa de ser sometida a su cirugía de manga gástrica, y a pesar de ello, el doctor Hernán desapareció, pues la familia refiere que ya no atendió sus llamadas ni mensajes.
“Se le realizaron llamadas y mensajes y por ningún medio obtuvimos respuesta, nos enteramos que al día siguiente de haber sido internada mi mamá comenzó a pedir la prueba de COVID a todos sus pacientes, siendo mi mamá su conejillo de india”, lamentó.
Luego de siete días de sufrimiento, Sonia falleció por no haber tenido las atenciones adecuadas como paciente COVID, pero sobre todo, por haberse practicado una cirugía contagiada de COVID, pero no lo sabía.
La familia de Sonia espera que se haga justicia y que el doctor Hernán pague por el daño causado por su negligencia, poco profesionalismo y malos tratos a sus pacientes.