Reinventando la Política
El día de ayer iniciaron los pataleos por parte de una de las corcholatas, fue el canciller Marcelo Ebrard que preguntó: Si es Claudia, ¿para qué la encuesta? Como diciendo y todo esto, ¿para qué? Si ya sabemos qué va a pasar.
Bueno, ese es un ejercicio sexenal que durante el PRI-Gobierno se hacía: el tapadismo y que el presidente López Obrador está llevando con muy adelantado cálculo y es que todo empezó con una tragedia: la línea 2: que le pegaba en la línea de flotación a la favorita y también al actual quejoso. La primera porque fue en su mandato y al segundo porque fue en su gobierno donde se inició la construcción de dicha línea.
Independientemente de todo, en los momentos previos a los destapes, todos los que buscaban sucederlo pretendían parecerse al presidente, al tlatoani, al gran elector y a lo que hoy en “sotto voce” se le denomina: La encuesta. La metodología de la encuesta de Morena vive, come y duerme en Palacio Nacional. De ahí saldrán “los datos” que revelen quién será la candidata o el candidato a suceder al gran inquilino de Palacio.
López Obrador aunque quisiera ser como Juárez, Madero o Cárdenas, su destape no se parecerá a ninguno de estos. ¿Por qué? Don Benito muere en Palacio, Madero lo mataron al dar la vuelta del “Palacio Negro del Lecumberri” y a Cárdenas le impusieron candidato los Estados Unidos (esto explicado por el propio MLO), por esta razón es de suponer que su destape será en una de las formas de los presidentes a los que más se parece:
Primero, hay veces que el presidente se parece a Don Adolfo Ruiz Cortines, “Fito” como le decían sus paisanos, porque finta como él, se siente un ícono de la austeridad, lucha contra los corruptos y sabe fingir -aunque a veces no le sale- si el destape se parece al anciano veracruzano, entonces puede ser quien menos nos imaginamos y pudiera entrar un “caballo o yegua” de último minuto.
A diario López Obrador busca parecerse a Don Luis Echeverría y sí se parece porque él emergió gracias al poder militar del general Rodolfo Sánchez Taboada exgobernador de Baja California, además AMLO habla como Echeverría, controla la conversación, hace giras como Echeverría, si destapa como Don Luis entonces el bueno es su hermano de barrio, su compa de toda la vida.
También el presidente López Obrador suele parecerse a otro López, este, Portillo: ya que gasta como él y sin piedad. ¿Llorará en San Lázaro? Si destapa como JoLoPo entonces será alguien técnico y ¿por qué no? ¡Neoliberal!
Ahora, si es original el presidente y decide hacerlo a su manera, bien podría engañarnos con la verdad. Por eso Marcelo Ebrard pregunta, ¿de qué sirve la encuesta? ¡Si es Claudia! ¿Nadie del equipo del exjefe de Gobierno le ha dicho que la encuesta es el presidente? Creo que el canciller lo sabe, por eso subió el calibre porque no le queda de otra y quiere margen de negociación.
Aunque Don Marcelo le tiene una vela prendida a “San Fentanilo” porque si los americanos suben las presiones, pareciera que es él el único que podría mejorar la relación bilateral, porque una cosa sí es cierta con ese tema, llegue quien llegue de Morena, ¡habrá damnificados! Y no serán militares.
Por eso Marcelo le apuesta a que la encuesta salga premiado siempre y cuando la encuesta no sea en Palacio Nacional, sino en el 1600 de la avenida Pennsylvania, ahí donde está una vieja casona que parece de dueño de plantación sureña: la Casa Blanca.
Esa es la jugada de Marcelo, que el tema toral del gobierno de la 4T en su relación con Estados Unidos le dé su entrada a Palacio. Veremos si pasa… mientras a mostrar el músculo.
El resto a parecerse al presidente. No hay más guión.