Reinventando la Política
La propuesta de contar con la posibilidad de elegir a voto universal a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no sólo es una propuesta de cambiar la conversación, es la posibilidad de obligar a los tres poderes pasen por el tamiz del voto.
Partiendo del hecho de que el consenso no es justicia: todos podemos estar de acuerdo en que “fulano” sea un asesino, pero el que estemos de acuerdo y sospechemos eso no lo vuelve un criminal, lo vuelve una serie de situaciones que argumentan y confirman que “fulano” cometió un crimen.
El Estado y el contrato social que se gesta a través del voto para la renovación de las autoridades es para que nos cuiden de los demás, incluso una mayoría que pudiese pensar que “Zutano” cometió fraude y las instituciones están ahí para que no se juzgue a “zutano” solamente porque una turba lo diga, para que proceda debe de haber pruebas.
Pasar por el voto a los ministros de la Suprema Corte de Justicia ¿Quién podría pagar las campañas? ¿El poder político? ¿El poder económico? ¿Los cárteles?
Abrir la puerta al voto para elegir ministros de la Suprema Corte de Justicia será trastocar al poder judicial en el proceso político y este poder, es juzgador, debe estar aparte.
Lo que juega en esa jugada, es tensar las cosas y continuar ninguneando a la Corte porque no está a la medida, no hacen lo que el régimen quiere y actualmente está sirviendo de equilibrio de poder.
El tema es que en la teología de la transformación “La trinidad de los poderes” se busca que se encarne en una sola persona.
Ni en el PRI se atrevieron a tanto. En esos tiempos la porra no ponía a los árbitros.