
Culiacán, Sin.- Con una edad que ya superaba las seis décadas, pero con un espíritu de lucha y ganas de salir adelante, ‘El Chuco’ y dos de sus amigos iniciaron descabellada aventura hace aproximadamente dos meses con el sueño de convertirse en millonarios ante la supuesta ubicación de un tesoro de grandes proporciones localizado bajo el subsuelo de unas tierras agrícolas de la sindicatura de Costa Rica.
Es así como la tercia de amigos se armaron de herramienta rudimentaria, pero sobre todo de valor y sueños para iniciar un arduo trabajo en pleno verano, con temperaturas que sobrepasan los 45 grados centígrados, en una zona descampada donde apenas sobresalen algunos cardones y árboles de espinas y donde se alcanza a ver la estructura de las torres de vigilancia del complejo habitacional militar El Sauz.
Los tres hombres adultos mayores, pero con una actitud que varios jóvenes ya quisieran tener, todos los días llegaban a este lugar, que anteriormente había sido sembrado para forraje para el ganado, para planear lo que harían para llegar a ese tesoro. Se reunían en una pequeña ramada construida de pedazos de estacón y algunos trozos de hule negro.
Con algunas latas de alimento para ensaladas, atún, sardina y agua embotellada se disponían a agarrar energías para iniciar con la jornada laboral que, según los testigos, se extendía hasta por más de 10 horas bajo los intensos rayos solares y las altas temperaturas de la entidad.
En la escena, un pequeño tronco de aproximadamente unos 40 cm de diámetro tiene colocada encima una tabla de triplay arqueada por la humedad que era utilizada como una mesa improvisada donde descansa un pequeño teléfono lamparín negro, tres botellas de agua purificada, un envase de refresco de 600 ml, tres envases de bebida hidratante, un sartén tapado con una tapadera color verde, un cuchillo, una tabla para picar verdura y una hielera de color azul, que muestran las condiciones precarias y difíciles que pasaron por perseguir su sueño.


A un costado de lo que parece ser la mesa se encuentra un garrafón de agua purificada con capacidad para 19 litros, dos contenedores de plástico con comida ya preparada y al menos tres cubetas de plástico de 19 litros utilizadas como sillas para tomar los sagrados alimentos.
Esta mañana de jueves 27 de julio la esperanza de los tres hombres en el último tramo de su vida se vio truncada al derrumbarse una parte del pozo donde se encontraban trabajando, quedando atrapado uno de ellos, razón por la cual ingresaron los otros dos amigos sin importarles el peligro y demostrando el gran compañerismo y hermandad de la que estaba conformada su amistad, pero que lamentablemente también quedaron atrapados y minutos después los tres estaban en estado inconsciente.





Alguien se percató el accidente y al llegar se dio cuenta que las tres personas no contestaban y de inmediato dio aviso a los cuerpos de emergencia y autoridades policiacas, por lo que minutos después personal del cuerpo de Bomberos Culiacán, Protección Civil, Cruz Roja y agentes de la Policía Municipal llegaron al sitio para confirmar que estaban las tres personas en el interior y mediante varias horas de trabajo lograron sacar a uno de ellos con vida, pero los otros dos no resistieron y murieron antes de que sus cuerpos salieran a la superficie.
Jesús, mejor conocido con el apodo de ‘El Chuco’, por sus antiguos compañeros de trabajo de la Policía Ministerial del Estado dependiente de la Procuraduría General de Justicia del Estado (hoy Fiscalía General del Estado) murió sin ver concretado su sueño de encontrar el gran tesoro y junto con él se fue el aliento de vida de Martín, otro hombre de la tercera edad que lo acompañó durante varios años de vida, mientras que Mario Román, de 64 años, permanece en estado grave con un cuadro severo de deshidratación en un hospital de la ciudad, sin saber que sus dos grandes amigos perdieron la vida.







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