
Culiacán, Sin.- Desde el año pasado, los 21 empresarios que se dedican a la elaboración de cerveza artesanal en Culiacán, fueron clausurados por parte de la Dirección de Alcoholes, y desde entonces les han solicitado una opinión favorable por parte del Ayuntamiento para dejarlos seguir operando, y hasta la fecha no la han podido obtener, debido a la burocracia que impera en el municipio, criticó Laura Guzmán Torróntegui.
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La presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados, Delegación Culiacán, dijo que en todo el estado solo hay dos empresas de este giro, las cuales están en Mazatlán, pero en lo que respecta a Culiacán, han pasado más de 10 meses de trámites y procesos y hasta la fecha no se han podido obtener las opiniones favores de ninguno de los 21 casos.
“21 empresarios, solamente hay dos empresas que cuentan con sus permisos en la ciudad de Mazatlán, aquí en Culiacán no hay ninguno y no hay una disposición para apoyo de los cerveceros artesanales; han pasado 10 meses desde que fueron clausurados y no hemos podido concretar el proceso para que cumplan con las opiniones favorables por parte del Ayuntamiento; hay un desinterés por parte del municipio, por parte de la Dirección de Alcoholes”, indicó.

Guzmán Torróntegui dijo que es una burocracia excesiva la que se tiene en los municipios, y aunque hay una Ley de Alcoholes, la cual se tiene que actualizar, para que se agilicen los trámites desde los Ayuntamientos, de donde se emiten las opiniones favorables para que la Delegación de Alcoholes otorgue los permisos para operar, lo cual es un proceso que lleva demasiado tiempo.
“Las condiciones y los requerimientos para que ellos puedan operar, están muy burocratizados; existe una ley de alcoholes que necesita ser renovada, existen los permisos para operar, que te los genera la Dirección de Alcoholes, pero, para poder que te lo otorguen, necesitas tener los documentos liberados con tu opinión favorable en el Ayuntamiento, y para eso hay que pasar por toda una travesía”, precisó.
Laura Guzmán explicó que 10 meses, para un empresario que ya hizo una inversión, es demasiado tiempo para pausar su negocio, por lo que las pérdidas que están sufriendo los que han sido suspendido, son incalculables.