Apunte
Culiacán, Sinaloa, 23 de octubre 2023. El tema es recurrente porque da cuenta de las enormes discrepancias inherentes al sistema que se basa en la acumulación del capital en manos privadas.
La concentración de la riqueza, la evidente disparidad e inequidad que impone el sistema en curso, dígase lo que se diga, tiene repercusiones de suyo negativas no solo en lo económico, sino también, y cada vez más, en lo social y cultural.
En el caso de los bancos no se trata de posturas extremas ante los evidentes excesos de la concentración del capital, sino de tratar de ubicar las cosas en su real dimensión.
En esa tesitura es que con frecuencia aquí nos referimos a las extraordinarias ganancias de los bancos en nuestro país, muy superiores a las que obtienen en sus matrices y sociedades financieras del extranjero.
Los datos duros
Así pues, hacer notar que entre enero y agosto de este año, los bancos que operan en el país obtuvieron ganancias por 181 mil 245 millones de pesos, un 14.5 por ciento más comparado con los 152 mil 112 millones en el mismo lapso del año pasado.
Los datos son de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y se trata de la cifra más alta desde que hay registros al respecto.
¿Cómo se explican cantidades tan elevadas de ganancia? Hay varios factores y uno destaca por su impacto negativo para el cliente cautivo (la bancarización impuesta prácticamente para todo): las altas tasas de interés y el marcado desnivel entre los intereses que cobran a deudores y los que pagan a los ahorradores.
El capital de los bancos aumenta a niveles extraordinarios por esa disparidad y es con el dinero de los ahorradores con el que hacen mayor fortuna.
Solo entre enero y julio de este año, con datos de la propia Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) las ganancias de los bancos en México, por intereses reportados, ascienden a 905 mil 538 millones de pesos, un 47.3% más, comparando con los 614 mil 628 millones de pesos del año pasado.
Y que siga la fiesta.
Aclarando se avanza
Según cálculos recientes, en México hay más de 112 mil personas desaparecidas y no localizadas desde 1964 a la fecha.
Su búsqueda está a cargo de 234 grupos y colectivos a los cuales, “el gobierno federal tiene todo el respeto y busca brindar apoyo (particularmente a las madres buscadoras que proliferan en todo el país) con el fin de que puedan hacer sus labores”, según declaró la oficina correspondiente de la Secretaría de Gobernación.
¿En qué consiste ese apoyo? ¿Cuáles las estrategias y acciones de seguimiento? ¿Cómo se procede con la coordinación?
Mientras los grupos y colectivos ponen en cuestión esas declaraciones, lo que se impone es aclarar y precisar, para actuar. Veremos.
El problema de fondo
Ahora que surgen defensas “desinformadas”, es necesario insistir: el problema de fondo (y de forma) del poder judicial no es de presupuesto, que desde luego es necesario para las funciones sustantivas, sino la corrupción sin control, con sus variables del influyentismo, las complicidades y el vil negocio de la administración de justicia, como lo sabe cualquiera que se haya tenido que acercar a esos espacios.
No hace mucho, el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, ex presidente de la Corte, reconoció sin cortapisas que en los tribunales de México persiste la corrupción “y quien afirme lo contrario miente descaradamente”.
El hecho incontestable es que el pueblo está harto de un “aparato de justicia” signado por la corrupción, el despilfarro, el abuso y la inoperancia en lo que le es sustantivo.
Y mantener eso, a costa de lo que sea, es la divisa de quienes se oponen a la desaparición de los fideicomisos del privilegio y a los recortes del gasto superfluo e innecesario.
En el tintero
-En misiva del Prof. Héctor Mendoza: “el batidillo prianredista es la vergonzosa aceptación de que nada pueden hacer como partidos diferenciados, como lo presumían; su tragedia es que tampoco podrán hacer algo juntos y revueltos”.
-Derecho de Israel a defenderse, desde luego, sin duda; derecho al genocidio vengativo, no, de ninguna manera.
-Si en condiciones más o menos normales, algún chubasco menor, los servicios esos de la modernidad chafa se descontrolan por completo, ahora con tormenta tropical, o huracán, según se acomode la naturaleza, el caos sin remedio. A cuidarse y tomar precauciones. ([email protected]).