Reinventado la Política

Algo estamos viendo en el proceso electoral que vamos a vivir en 2024, tanto del lado de Morena como del Frente, pero en este caso hablaremos del movimiento del Presidente.
En la designación de las candidatas y los candidatos a renovar las 9 gubernaturas no sólo no hubo sorpresas, hubo sorprendidos.
En Puebla, Nacho Mier, no sólo hizo todo para ser gobernador, se peleó con el Poder Judicial, sacó el presupuesto que quiso el presidente, dejó regados políticamente en el terreno a mucha gente en el país, hizo todo para ser… ¡¡¡Y no fue!!! ¡¡¡Lo desecharon!!!
En Chiapas, demostraron que en el Verde Ecologista sigue mandando el “Niño Verde” … En Chiapas no salió la que quería el “Güero Velasco” y de nada le valió haber sido ‘corcholata’. En Jalisco pusieron a una candidata cercana a Jorge Emilio Gónzalez y en el sureste deshecharon a la propuesta del exgobernador chiapaneco.
En Ciudad de México el bastón de mando no valió de nada. Fueron los ultras los que ganaron, pero eso sí, hicieron ver que Omar García había ganado la encuesta, pero le cedía el paso a Clara Brugada: un policía caballero, al que le ganó el barrio. El presidente le puso desde ya un alfil a la próxima presidenta.
En esta decisión se volvió a asemejar al fatídico 1994: no se hagan bolas… En el 94 como en el 24 significa lo mismo: “Aquí mando yo”.
Cosa aparte, Ricardo Monrreal y Adán Augusto López no aparecen en la campaña de Claudia Scheinbaum. Ni por equivocación.
Hay un principio de deshechabilidad que está pasando en Morena. Al presidente López Obrador le preguntaron qué pensaba sobre las candidaturas a gobernadores y contestó idéntico a Ruiz Cortinez, cuando salió electo Adolfo López Mateos: me enteré por los medios.
Ahí develó la siguiente fase de la transformación: desechar o debilitar todo lo que estorbe todo lo que signifique una amenaza.
Sin estorbos. Sin presiones. Por eso veremos a Morena desplegando una táctica de deshechabilidad en todos los estratos de la vida política del país.
No va a importar nada. Si no me creen volteen a ver a Ignacio Mier que comió una de las que guisó durante toda su vida en el sistema y fue en el momento de culminación de un sueño: ser gobernador de Puebla.
López Obrador no quiere estorbos en el último año siendo presidente, en el primero de expresidente y en el séptimo en el poder.
Parece que muchos aprendieron. Por eso están calladitos.
Veremos cómo será el 2025 ¿Se parecerá al 1995? ¿Vendrá recargado?