Apunte
Culiacán, Sinaloa, 12 de febrero 2024. Los conservadores mexicanos, opuestos al
gobierno juarista, llegaron al castillo de Miramar, en Trieste, Italia, el 3 de octubre de
1863, para ofrecerle a Maximiliano de Habsburgo la corona imperial de México.
Fue una “delegación de notables” traidores encabezada por José María Gutiérrez de
Estrada, integrada también por Juan Nepomuceno Almonte, José Pablo Martínez del
Río, Antonio Escandón, Tomás Murphy y Alegría, Adrián Woll, Ignacio Aguilar y
Marocho, Joaquín Velázquez de León, Francisco Javier Miranda, José Manuel Hidalgo y
Esnaurrízar y Ángel Iglesias.
Todos representantes de la más rancia oligarquía mexicana, la misma que explotaba sin
medida a la gran mayoría de la población.
La delegación de conservadores traidores a la patria mexicana estuvo en Miramar, como
notables huéspedes, hasta el 10 de abril de 1864, cuando Maximiliano se dignó aceptar la
corona que le ofrecían.
MÁS O MENOS LO MISMO
Le dijeron al príncipe austriaco (apoyado por el francés Napoleón III) que todo México lo
esperaba con ansia, que tenía el respaldo popular y que nuestro país estaba de acuerdo en
convertirse en un imperio con un monarca extranjero.
Le aseguraron los traidores conservadores que contaba con un “apoyo popular masivo”
y le mostraron un documento, elaborado por ellos, sin real sustento, consignando el
supuesto acuerdo de delegados electos por el pueblo, lo cual era falso de toda falsedad.
Lo engañaron descaradamente y no abundaré mucho en la historia que derivó en el
fusilamiento del efímero emperador Maximiliano, junto con los traidores generales
conservadores Tomás Mejía y Miguel Miramón, el 19 de junio de 1867, en el Cerro de las
Campanas, Querétaro.
LA DERECHA QUIERE ENTREGAR EL PAÍS
Lo anterior viene a cuento por el acto de plena irresponsabilidad, con visos de traición a
México, protagonizado en Estados Unidos por la candidata del llamado Fuerco, Xóchitl
Gálvez.
La ex senadora les advirtió a políticos estadounidenses que “está en riesgo” la alianza
geopolítica “porque el gobierno populista de México coquetea con Rusia y China”.
Abiertamente pidió a Estados Unidos “no dejar fuera” a México en las próximas elecciones,
es decir que intervengan como ya habían solicitado ella y su equipo semanas antes.
“Volteen a ver lo que está pasando en México”, le dijo en diciembre pasado la entonces
pre candidata Xóchitl al embajador de Estados Unidos en México. Es decir: ayúdennos,
intervengan.
Esa vez señalamos la supina ignorancia de la historia, el entreguismo y visos de traición.
Y QUE HAGAN LO QUE GUSTEN
En esta ocasión, si bien hablaba ante integrantes de Centros de Investigación
estadunidenses, la candidata presidencial del prianredismo no dejó duda de que el mensaje
era para el gobierno de aquel país.
Les aseguró que, si Morena gana las próximas elecciones, “ni el fentanilo ni ningún otro
problema bilateral encontrarán solución de largo plazo”. Es decir, solo con un eventual
triunfo del prianredismo (aunque es improbable de suyo) Estados Unidos puede dormir
tranquilo.
Con el actual Ejecutivo federal mexicano (y quien le seguiría, de Morena) “no hay voluntad
de colaborar con Estados Unidos”, les dijo, y con ellos sí, por supuesto, no faltaba más.
Así las cosas, que intervengan, pues, como mejor les acomode.
GRAVE VIOLACIÓN A LA CONSTITUCIÓN
De esa manera, la candidata del Fuerco atenta contra la soberanía nacional, viola los
principios de la política exterior mexicana y la Constitución misma al solicitar la injerencia
de un gobierno extranjero en asuntos electorales de una nación soberana, como la nuestra.
El llamado intervencionista de Gálvez atiza el fuego de la ultraderecha de Estados Unidos
contra México, y “justifica” sus falsedades y excesos.
No debemos olvidar que políticos republicanos de aquel país han llamado por su parte
incluso a bombardear a México, con el pretexto del narcotráfico y la migración.
Tal irresponsabilidad de la candidata prianredista es injustificable, daña seriamente al país y
pone en riesgo la soberanía al dar elementos, falsos, a la oligarquía de Estados Unidos para
“poner orden” en su “patio trasero”.
Y a ese respecto, algo se tiene qué hacer. No es posible que se sigan dando esas expresiones
de los herederos del conservadurismo mexicano que fueron al castillo de Miramar a traer a
Maximiliano.
Toda proporción guardada son polvos de los mismos lodos y todo tiene un límite.
EN EL TINTERO
-Clara vocación de servicio y probada capacidad para llevar adelante sus tareas, es lo
que se desprende del informe presentado por la doctora Eneyda Rocha Ruiz al frente del
DIF de Sinaloa.
-En efecto, prácticamente no hay familia en México, particularmente de las más pobres, que
haya escapado de los atropello de jueces, secretarios de juzgados, actuarios,
magistrados y ministros.
-El pueblo con razón los detesta y la reforma al poder judicial es un imperativo, por donde
se le vea. Lo otro es ser cómplice de ese impune y corrupto aparato.
-Con más de lo mismo y sin prueba alguna la “defensa” del medio ProPublica, de Estados
Unidos, queriendo justificar su complicidad en la difusión de un “reportaje” contra AMLO
orquestado con “filtraciones” de la DEA. ([email protected]).