
Culiacán, Sin.- Don Rogelio, un adulto mayor de 61 años de edad, que aparenta un poco más de edad debido al desgaste físico que le ha dado la vida, madrugó este domingo 7 de julio para venir como cada fin de semana a la ciudad de Culiacán a vender sus productos regionales como quesos y derivados lácteos que se fabrican de manera artesanal por su familia en una comunidad rural del sur del municipio.
Alrededor de las 8 de la mañana Don Rogelio, vecino del poblado Higueras de Abuya, dejó una jaba y una hielera que contenían el producto sobre la banqueta del carril de sur a norte de la calzada Heroico Colegio Militar, justo frente a las instalaciones de lo que fue el centro de distribución de una conocida compañía refresquera, frente a la zona del Mercado de Abastos para posteriormente intentar cruzar la vialidad y dirigirse a comenzar a ofrecer sus productos en los locales comerciales de la zona.
Fue en ese momento que la conductora, una trabajadora del IMSS que conducía un automóvil Toyota Corolla color blanco modelo viejo con placas de Sinaloa, no se percató de la presencia del adulto mayor que cruzaba a unos metros antes de llegar a los semáforos de la zona, lo que provocó que lo embistiera y lo lanzara por el aire hasta caer de nuevo y golpear con su cabeza el cráneo.
Debido al fuerte impacto el parabrisas del lado del copiloto del automóvil ya mencionado quedó hundido y estrellado, mientras que el hombre de avanzada edad fue auxiliado por automovilistas que pasaban por el sitio, los cuales lo subieron al camellón a esperar a que llegara la asistencia médica y las corporaciones policíacas.
Minutos después una patrulla de agentes de la Policía Estatal Preventiva que pasaba por la zona y que recibió el llamado del percance se detuvo en el sitio para detener el tráfico donde estaba el vehículo responsable y el adulto mayor lesionado, para luego comenzar a animarlo en lo que llegaban los paramédicos de la Cruz Roja que posteriormente le aplicaron las atenciones prehospitalarias en el lugar del accidente.
Minutos después a bordo de una ambulancia a la benemérita institución el vendedor de quesos fue auxiliado y trasladado a recibir atención médica a una clínica de la ciudad, mientras que agentes de la policía de tránsito se hicieron cargo de las diligencias correspondientes y la familia del accidentado se encargó de la custodia de los productos perecederos que al igual que Don Rogelio alcanzaron a llegar a su destino.
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