Reinventando la Política

Desfasados de la realidad, alejados de las voces de su base política, ayer el PRI abusó de la nobleza de lo que le queda de militantes como si tuvieran presidente de la república -o tal vez para Alito sí- y, las personas que fungieron como delegadas y delegados a la asamblea votaron a mano alzada para que su líder nacional pudiera seguir en el cargo hasta el 2032: el sueño de Varguitas en “La Ley de Herodes”.
Por lo menos en Sinaloa, hubo voces de priistas que pidieron que esas reformas no se aprobasen, aunque para la hora de redacción de esta columna no sabemos el sentido de voto de la delegación sinaloense, si hizo la diferencia votando en contra de Alito o si votaron por el laboratorio de dictadura partidista.
Lo chistoso de las reformas que hicieron en el PRI fue, no se vaya a carcajear estimada, estimado lector, se lo voy a decir a sí de corridito: “El PRI renunció al neoliberalismo” ¿Y? Según esto, se busca crear una nueva declaración de principios para lograr un renacer de una alianza popular ¿Alianza popular con quién? Si a sus bases las desconocieron al votar el esa brutal y cínica reforma que es la antítesis de la historia política del país.
Mientras Sheinbaum está proponiendo una reforma que dejará sin efecto la reelección en 2030 para favorecer la movilidad política, en el PRI siguen sin entender y pareciera que quien le escribe la estrategia a Alito son los geniales guionistas de La Ley de Herodes: Luis Estrada, Jaime Sampietro y Fernando León.
¿Con qué cara van a llamar los priistas cuando acusen a Morena de querer instalar una dictadura o de autoritarismo? Obvio, el chiste se cuenta solo.
En esa borrachera (¿con Tonayán?) de migajas de poder por su reelección, el quedarse en el cargo no es poca cosa, nada más en el 2024 el PRI tuvo 1,226 millones de pesos para actividades ordinarias y 613 millones de pesos para gastos de campañas. Por eso y las plurinominales son poderosas razones para no dejar el poder en tiempos de la 4T.
Otra perla de declaración fue la que hizo acusando que “hay militantes del PRI vinculados al asesinato de nuestro candidato presidencial y eso le costó al PRI, no vamos a tapar a nadie, vamos a exigir cuentas” dijo el reelecto líder partidista. Tal vez, dirigiendo sus dardos a un militante que le puede no solo disputar el liderazgo en la cámara alta, sino también reflectores y capacidad de interlocución con el régimen: Manlio Fabio Beltrones, quien por cierto hizo público su rechazo a la reforma de reelección.
Lo cierto es que en el PRI se siguen despedazando por los despojos y no son pocas las migajas.
Por cierto, las chamarras rojas coreaban: Duro, duro, duro… En el grito evocaban las glorias pasadas donde eran una maquinaria electoral invencible, pero ahora la chequera y el poder están en otro lado. Ayer maravilla eran y hoy ruinas quedan… eso sí, no ganará una elección pero tienen prerrogativas.
Alito Moreno anda ebrio de poder… y el régimen lo sabe, lo ocupa y lo va a explotar y él hará lo propio, por eso se perpetuó para no ser oposición, sino un satélite del partido dominante. El reelecto líder del PRI será el nuevo Rafael Aguilar Talamantes del régimen actual. Las chamarras rojas solamente fueron escenografía de un pasado que no volverá pronto… y eso Alito lo sabe, por eso no se fue.