Port Orange.- El arresto de un niño de 11 años por amenazar con un tiroteo en su escuela ha generado conmoción en Port Orange.
El menor, identificado como Carlo Dorelli, fue detenido luego de publicar en sus redes sociales la amenaza de un ataque armado en la Creekside Middle School. La policía local, liderada por el sheriff Mike Chitwood, encontró en el domicilio del niño lo que describieron como un “arsenal” de armas falsas.
Amenazas y castigo
Según las autoridades, el niño había elaborado una lista de nombres de personas a quienes amenazaba. Aunque Dorelli argumentó que se trataba de una broma, los oficiales incautaron numerosos rifles, pistolas de airsoft y munición falsa. Además, se hallaron cuchillos, espadas y otras armas que el niño exhibía en un video a otro estudiante.
El niño ha ingresado en el calabozo, esposado de manos y pies, y ante la pregunta del agente de si tenía alguna pregunta, ha respondido tranquilamente “no, señor”. Unas imágenes con las que el sheriff quiere dar ejemplo y avergonzar a las familias.
Consecuencias legales
Por este motivo, Carlo Dorelli enfrenta cargos de felonía por hacer amenazas de tiroteo masivo de forma escrita. Fue llevado esposado al Centro de Reinserción Familiar de Volusia, donde aguarda el proceso legal.
El sheriff Mike Chitwood, del condado de Volusia, ha sido muy contundente, afirmando que “comenzarán a investigar a los padres de cualquier menor que publique en internet amenazas con llevar a cabo tiroteos escolares”, tal y como había hecho este menor.
“Y, a partir del lunes, comenzaremos a publicar el rostro de sus querubines y a hacer caminatas públicas cuando los detengamos. Y luego mostraremos fotografías de ustedes, los padres. Como no quieren criar a sus hijos, el sheriff Chitwood va a criarlos. Padres, disciplinen a sus hijos, o les dolerá la chequera y les dolerá el orgullo. Lo prometo”.
Medidas y determinación legal
El Departamento de Justicia Juvenil deberá determinar la culpabilidad del acusado y, de ser el caso, proceder con una sentencia adecuada.
Este caso resalta por ser el primero en el que los datos de un menor son publicados por las autoridades, ya que la ley de Florida protege la identidad de los menores que cometen delitos, a excepción de aquellos acusados de felonías.