Culiacán, Sin.- La ansiedad y los ataques de pánico son trastornos emocionales que cada vez son más detectables, gracias a la visibilidad que ha ganado la salud mental en los últimos años.
Estos trastornos pueden ser producto de diferentes causas, pero en medio de situaciones estresantes o amenazantes para la seguridad o integridad de las personas, experimentarlos es altamente probable.
En medio de una ola de violencia desatada en la ciudad o región, como el que estamos atravesando en Sinaloa, estos y otros trastornos son una realidad en la ciudadanía, aunque hay quienes desconocen que los están padeciendo.
La comprensión de la ansiedad o los ataques de pánico es la clave para desestigmatizarlos y afectan a una parte significativa de la población, sobre todo en circunstancias de inseguridad.
Aunque ambos son parte del espectro de trastornos de ansiedad, presentan características y síntomas propios.
Aquí podrás aprender a identificar los síntomas más comunes de la ansiedad y los ataques de pánico, así como las repercusiones que pueden tener en la vida cotidiana de quienes los sufren.
Reconocer las señales y buscar la ayuda adecuada puede hacer una diferencia notable en la vida de quienes los padecen, permitiéndoles recuperar el control y disfrutar de una vida plena.
La salud mental es tan importante como la salud física, pero no todos les dan la prioridad que merece ¿te suena familiar?
Ansiedad: Más que una simple preocupación
La ansiedad es una respuesta natural a situaciones estresantes o desafiantes.
No obstante, cuando esta respuesta se convierte en una constante en la vida de una persona, puede ser un signo de un trastorno de ansiedad.
Los síntomas pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes son:
- Preocupación excesiva. Una persona con ansiedad tiende a anticipar lo peor en cualquier situación, lo que puede llevar a un estado constante de tensión.
- Inquietud. Las personas pueden sentirse constantemente nerviosas o en un estado de alerta, dificultando la relajación.
- Fatiga. La tensión mental provocada por la ansiedad a menudo se traduce en fatiga física, incluso sin haber realizado actividades extenuantes.
- Dificultad para concentrarse. La mente puede sentirse ‘nublada’ o incapaz de enfocarse en tareas simples.
- Cambios en el sueño. Esto puede incluir insomnio o dormir en exceso, afectando la calidad de vida.
- Señales físicas. La ansiedad por lo general se puede manifestar físicamente a través de dolores de cabeza, problemas digestivos, palpitaciones o sudoración excesiva.
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Ataques de Pánico: Una abrumadora experiencia
Los ataques de pánico son episodios súbitos de miedo intenso que provocan reacciones físicas severas, incluso cuando no hay un peligro real o evidente.
Pueden ocurrir en cualquier momento, y aunque son más comunes en personas con trastornos de ansiedad, también pueden afectar a quienes nunca los han vivido.
Algunos de los síntomas más destacados de un ataque de pánico incluyen:
- Palpitaciones. Un aumento en el ritmo cardíaco que puede parecer que el corazón está latiendo con fuerza o irregularmente.
- Dificultad para respirar. La sensación de asfixia o de que no se puede obtener suficiente aire es común durante un ataque de pánico.
- Sensación de ahogo. Un nudo en la garganta o la sensación de que uno no puede hablar.
- Temblores. Muchas personas experimentan temblores involuntarios, lo que puede aumentar la sensación de miedo.
- Escalofríos o sofocaciones. Cambios bruscos en la temperatura corporal.
- Dolores en el pecho. Se puede sentir una presión en el pecho, lo que a veces se confunden con un ataque cardíaco debido a su intensidad.
- Sensación de estar fuera de sí. La persona puede sentir que está desconectada de su entorno o que este no es real.
- Miedo a perder el control. Uno de los aspectos más aterradores de un ataque de pánico es el sentimiento de incapacidad para controlar la situación.
Consecuencias de la ansiedad y los ataques de pánico
La ansiedad y los ataques de pánico pueden tener un impacto significativo en la vida de quienes los padecen. La calidad de vida se deteriora a medida que las personas comienzan a evitar situaciones que creen que pueden desencadenar sus síntomas.
Esto puede resultar en un aislamiento social, pérdida de oportunidades laborales y dificultades en las relaciones personales.
El miedo constante a experimentar un ataque de pánico puede provocar que las personas eviten lugares públicos o situaciones que antes disfrutaban, limitando su capacidad de llevar una vida normal.
Por otro lado, la ansiedad crónica puede derivar en otros problemas de salud mental, como la depresión, generando un ciclo vicioso difícil de romper.
¿Estas padeciendo ansiedad o ataques de pánico? Busca ayuda
Si estas experimentando ansiedad o ataques de pánico, o algunos de sus síntomas antes mencionados, lo primero que se debe tomar en cuenta es buscar ayuda profesional.
También hay que ser conscientes de las circunstancias de alrededor, poniendo los pies sobre la tierra y evaluar estos temores.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de estos trastornos, pues da a las personas herramientas para enfrentar sus miedos y preocupaciones.
Además, en algunos casos, se pueden prescribir medicamentos que ayudan a regular la química cerebral y reducir los síntomas.
Una técnica elemental que puede ayudar a la relajación es la respiración profunda y de la misma manera puedes intentar con dinámicas como el yoga y la meditación, para ello puedes encontrar un sinfín de información y videos en internet.
El apoyo familiar es vital para el proceso de recuperación, por lo que es recomendable que hables con tus familiares directos para que comprendan y te ayuden a salir adelante en el manejo de la ansiedad o los ataques de pánico.
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