Culiacán, Sin.- Susy Medina es una sobreviviente de casi 50 años que aprendió que tocarse es la mejor manera de enfrentar el cáncer, porque aunque ella tenía antecedente familiar de esta enfermedad, en algún tiempo dejó de hacerlo y casi le cuesta la vida.
En entrevista con Luis Alberto Díaz y Karina Zambrano, la aún paciente de esta enfermedad que ha atacado a casi 600 mujeres en lo que va del año en Sinaloa solamente, explicó cómo ella sabía bien desde los 18 años que debía cuidarse, tocarse y revisarse cada año, porque tenía tendencia genética a sufrir la enfermedad, y aun así cuando se lo detectaron fue por unos estudios que se realizó después de 3 años de no revisarse nada, lo cual afortunadamente no tuvo mayores consecuencias y todavía fue a tiempo.
“Me la empecé a hacer a los 40, luego vino la pandemia y ya no hice nada. Y la verdad es que si hace uno desidia, entonces yo fui al médico por otro padecimiento y me regañó porque ya tenía mucho que no me hacía una mamografía, que cómo era posible con mis antecedentes genéticos y pues pensé que tenía razón. Y en ese momento me fui a hacérmela, y me la hice sin ningún cuidado. Cuando la fui a recoger, no me la daban, hasta que me habla una joven y me dice ‘Susana me acompaña’ y dije: «Ya valí.» Me hicieron caminar y caminar y caminar, un pasillo larguísimo, yo creo que es el más largo que he caminado en mi vida, y que no es muy grande, pero a mí se me hizo eterno”, comentó.
Ya después de corroborar con un médico su diagnóstico, Susana pensó que repetiría la historia de su madre, quien la dejó huérfana muy joven debido al cáncer de mama, pero ella fue afortunada porque cuando se lo descubren y le hacen la biopsia el resultado fue que su estado era etapa cero, es decir, controlable totalmente.
Los siguientes fueron noticias que los médicos decían que eran buenas, pero para ella eran muy difíciles, porque el diagnóstico decía que con una mastectomía ella salvaba su vida, pero para una mujer que le extirpen sus pechos es quitarle una parte de su feminidad, y es muy difícil aceptarlo.
Aceptando que lo más difícil de su tratamiento fue la operación de sus senos, Susy entendió que ser mujer es mucho más que tener su busto. Es entender que la vida puede seguir después de una enfermedad de este tipo, por eso es importante tocarse, siempre tocarse.
“Qué decirles: Que se toquen, de verdad. Yo la primera bolita que me detectaron a los 18 años fue porque me estaba sobando porque me lastimó mi ropa interior. Me estaba sobando, cuando sentí una bola bastante grande, pero ahí me detecté y fue benigno, pero se atendió a tiempo. Escucha tu cuerpo porque a lo mejor el médico puede equivocarse al ver tu juventud, y creer que puede ser tantas cosas que le pasan a las mujeres, pero tú conoces tu cuerpo, tú conoces tu sentir y si un médico te dice que cree que es nada y tú sabes que no es normal, sigue buscando”, dijo.
Susy y muchas otras mujeres se atienden en la Unidad de Especialidades Médicas Especializada en Enfermedades de la Mujer, Uneme Dedicam, que pertenece a la Secretaría de Salud y que da sus servicios totalmente gratuitos. Ahí puedes hacer una cita para tus estudios de rutina o para cualquier seguimiento que tenga que ver con el cáncer de mama al WhatsApp 66 73 55 10 48.
La Uneme Dedicam es el lugar específico dedicado a la detección de cáncer de mama a través de toma de mastografía de tamizaje a la población femenina de 40 a 69 años de edad, y a la evaluación diagnóstica (ultrasonido/biopsia) de las mujeres con sintomatología clínica o con una mastografía anormal independientemente de la edad.
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