La organización Nihon Hidankyo ha sido reconocida con el Premio Nobel de la Paz este año por su incansable labor en pro de la eliminación de las armas nucleares y en apoyo a los hibakusha (término que en japonés significa “persona afectada por la bomba atómica”) de las devastadoras bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Esta distinción es un merecido reconocimiento a la lucha de los sobrevivientes y a su valiente testimonio.
Nihon Hidankyo y su labor con los Hibakusha
La organización Nihon Hidankyo representa a más de 174.080 sobrevivientes de los bombardeos atómicos que aún residen en diversas partes del mundo, incluyendo Japón y Corea.
Su compromiso con la memoria histórica y la promoción de un mundo libre de armas nucleares ha sido clave para sensibilizar a la opinión pública sobre las consecuencias devastadoras de estos ataques.
A pesar de que no existen cifras exactas, se estima que entre ambas tragedias de agosto de 1945, más de 210.000 personas perdieron la vida, dejando un legado de dolor y sufrimiento que aún perdura.
Los hibakusha han compartido valientemente sus historias, mostrando no solo el horror presenciado, sino también las secuelas emocionales que han debido sobrellevar.
La difícil tarea de los narradores sociales
Yuka Kamite, profesora de Psicología en la Universidad de Hiroshima, destaca la importancia de los hibakusha como narradores sociales, pero también señala las dificultades que muchos enfrentan al intentar transmitir sus experiencias a las generaciones futuras.
La lucha de los Hibakusha: miedo, discriminación y culpa
La vida de los hibakusha después de sobrevivir a la bomba atómica fue una dura batalla marcada por el miedo constante a las secuelas de la radiación. A pesar de haber superado el impacto inicial de la explosión, los sobrevivientes se vieron inmersos en un mundo de discriminación y culpa, dificultando su camino hacia una vida digna.
El miedo, la discriminación y la culpa fueron solo algunas de las barreras que enfrentaron los hibakusha en su lucha diaria.
La labor de Nihon Hidankyo y el reconocimiento a los hibakusha son un recordatorio constante de la necesidad de trabajar por un mundo más seguro y libre de armas destructivas. Su legado de memoria y paz continúa inspirando a nuevas generaciones a abogar por un futuro sin armas nucleares.
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