Reinventando la Política

Aproximadamente el 98% de las llamadas al Sistema de Emergencias 911 de la ciudad de Culiacán la única corporación que las atiende son los policías municipales, pero por disposiciones del Ejército Mexicano, la Municipal está paralizada porque está en revisión “supuestamente” de la licencia colectiva de uso de armas de fuego y a revisión supuestamente del armamento.
En la historia política de Sinaloa en esa rara relación entre militares y el poder político ha tenido sus quiebres. Hace 47 años, siendo gobernador Don Alfonso G. Calderón el entonces jefe de la Zona Militar General, Ricardo Cervantes García Rojas lo retuvo en esas instalaciones militares, por lo que escoltas del entonces mandatario fueron desaparecidos y hasta la fecha no se ha logrado saber qué pasó, porque si hay una institución totalmente opaca esa sigue siendo el Ejército Mexicano.
Posteriormente a finales de los 80´s, en 1989 siendo gobernador Francisco Labastida Ochoa, hubo detenidos presuntamente por proteger a un poderoso miembro de la delincuencia organizada, fue la detención del jefe de la entonces Policía Judicial del Estado, a un subdelegado de PGR y al entonces jefe de la Policía Municipal.
En 2006, el General de División DEM Sergio Aponte Polito denunció al entonces gobernador del Estado presuntamente por la complicidad de las autoridades de procuración de justicia con los traficantes. Posteriormente el mando militar fue relevado y enviado a Baja California donde puso a temblar a los delincuentes con una poderosa campaña “Llame nosotros ¡sí vamos!”. ¿Y qué cree? Sí iban.
En un promedio de cada 15 años, podemos dilucidar que por situaciones propias de las estructuras de poder propias que definen a Sinaloa hay un quiebres, rupturas o turbulencias entre el poder civil y el poder militar. No importa los colores, los grupos políticos o la formación política de los mandatarios.
Históricamente en nuestro país hay una pugna sobre quién sostiene al poder, si los civiles o los militares, en este momento, podría yo afirmar casi sin error, que quien sostiene al Estado Mexicano es el poder militar.
Se puede votar por un partido o un movimiento como Morena, pero quien sostiene el gobierno es la institución castrense. Hoy en Culiacán no hay municipales, ni tránsitos, porque el Ejército tiene paralizada las acciones de estas corporaciones y surgen varias preguntas:
¿De qué acciones sospechan los militares de la Policía Municipal?
¿Están todos los policías acuartelados en sus instalaciones?
¿Faltan policías y armas? En caso de que falten policías y armas, ¿las están buscando? En caso de que haya deserciones de los policías, ¿los tienen ubicados, saben dónde andan? ¿Por qué es tan lenta la revisión?
Ahora bien: a los policías los están enviando a exámenes de control y confianza y a revisión de armas supuestamente para la renovación de la licencia colectiva de armas de fuego, pero históricamente no había habido un proceso así, pero ¿qué pasará si corren a policías? ¿Se podrán amparar? ¿Le vendrán juicios al Ayuntamiento?
Aquí la pregunta es, ¿qué está buscando el Ejército en la Policía Municipal de Culiacán? Ahora bien, ¿por qué el Ejército deja abandonada la ciudad? Pero eso sí manda botargas y helicópteros a la inauguración del beisbol.
¿De qué sirve que lleguen más soldados si no conocen la ciudad? En caso de que llegue una llamada, ¿las patrullas del Ejército saben cómo llegar al lugar?
¿Qué o a quién quiere controlar el Ejército? ¿Qué mensaje le quieren enviar a la presidenta Sheinbaum tomando el control total de los patrullajes en Culiacán? ¿No será que se están acomidiendo? Esa podría ser la razón de por qué quiere monopolizar absolutamente el control de la seguridad en Sinaloa.
Ahora bien, ¿de qué hablan los militares cuando hablan de control? Y lo más importante, ¿con quién lo hablan? ¿Y a quién obedecen enteramente?
Por ahí podríamos tener las claves de su estrategia que cada vez causa desaprobación entre la ciudadanía porque no detienen los robos, homicidios, desapariciones, etc… y no explican por qué a la municipal la tienen como la tienen…
Y aquí la pregunta es, ¿cuántos días más señores Generales? ¿Cuántos días más? O acaso, ¿a ustedes les beneficia el caos? ¿Y para qué?
¿Y la inteligencia, apá?