México.- El Día de Muertos es quizá la celebración más representativa de la cultura mexicana. Desfiles, fiestas, muestras de megaofrendas.
Sin embargo, esta festividad tiene un carácter profundamente íntimo y personal que nos invita a recordar a quienes ya no están, no desde la melancolía, sino de la esperanza de reencontrarnos más allá de la muerte.
En la celebración del Día de Muertos 2024, es fundamental comprender los componentes esenciales que conforman el altar tradicional mexicano. Este ritual tan significativo para la cultura mexicana implica la colocación de diversos elementos con un profundo simbolismo y propósito.
Elementos del altar y su significado
- Sal y Mantel Blanco: El color blanco del mantel simboliza la pureza, mientras que la sal representa la purificación, permitiendo que el alma del difunto transite entre el mundo terrenal y el de los muertos.
- Agua: Esencial para mitigar la sed de las ánimas después de su viaje hacia el más allá.
- Velas y Veladoras: La llama de las velas sirve como guía para que los difuntos encuentren el camino de regreso a su antiguo hogar.
- Calaveritas: Representan la muerte de acuerdo con las tradiciones de las culturas mesoamericanas.
- Copal e Incienso: Utilizados para limpiar el lugar de malas energías y garantizar que el alma pueda entrar sin peligro.
- Flores: El Cempasúchil, flor distintiva de la festividad, se asocia con el Sol en la cosmovisión ancestral.
- Pan de Muerto: Símbolo de fraternidad y afecto hacia los seres queridos fallecidos.
- Papel Picado: Representa el elemento aire, esencial en toda ofrenda.
- Comida: Preparada para agasajar a los difuntos, honrando sus gustos culinarios favoritos.
- Fotografía: Sirve para recordar a los familiares a quienes se dedica la ofrenda.
El significado especial de las velas
El fuego es uno de los elementos más importantes del altar de muertos, pues representa la esperanza y es la luz que guía a los muertos hacia la ofrenda y de vuelta hasta el más allá.
Las culturas prehispánicas utilizaban rajas de ocote y otras maderas para encender una llama, pero estas se sustituyeron por velas, cirios y veladoras, mucho más apegadas a las costumbres judeocristianas.
Para algunas comunidades indígenas, cada llama representa un alma, así que el número de velas corresponderá al número de personas a las que está dedicada la ofrenda.
La coloración morada de los cirios indica luto, mientras que su disposición en forma de cruz representa los puntos cardinales para orientar a los difuntos en su camino de regreso.
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