Culiacán, Sinaloa, 28 de octubre, 2024. La noción de la política como sistema alude a la diversidad de interacciones que confluyen en la determinación de las líneas, de diversa índole, que configuran a la política como un complejo dinámico donde se expresan distintas fuerzas de presencia social con capacidad de incidir en cambios, adecuaciones o, incluso, en la redirección de la intencionalidad política en estricto.
En la política como sistema se da por sentado que los componentes sociales poseen la capacidad de interacción y, por tanto, de ver reflejados sus intereses y propuestas derivadas en la construcción multi referenciada de la política, pero atendiendo a una función de orden global, lo que implica que las partes comparten objetivos de orden general.
EL SUPUESTO QUE SE OLVIDA
Se parte del supuesto de que las fuerzas sociales poseen, en efecto, capacidad de incidencia, considerando, desde luego, pesos específicos diferenciados que, en su medida, se incorporan a la definición de las líneas de política pública, las que representarían el universal de referencia.
En ese orden de ideas, las fuerzas sociales estarían planteando un conjunto de necesidades que, con la mediación del poder y la autoridad, pasarían a integrarse en los objetivos de las políticas públicas.
El problema, en este caso, se presenta de manera central cuando las determinaciones de las políticas públicas se dan en función de intereses dominantes que, aunque se trate en ellos de reflejar las exigencias del conjunto, en realidad prevalecen sobre el resto de las fuerzas sociales.
El supuesto de la interacción es válido, pero es necesario dimensionarla estableciendo la relatividad de las influencias al interior del sistema político, en razón del peso específico al que hemos aludido.
PRIMERO EL PACTO SOCIAL
En otras palabras, un sistema (en este caso, político) puede estar debidamente estructurado, organizado de manera coherente, donde las funciones designadas a su interior, incluyendo la actividad política, son consistentes a los fines de la organización compleja pero, sin embargo, las interacciones que se dan a su interior no necesariamente implican equidad o correspondencia precisa con el tamaño y naturaleza de las responsabilidades.
Esto es porque dentro del sistema existen fuerzas dominantes que prevalecen sobre las demás, y cuyos intereses trascienden el sentido originario del interés general como pauta suprema en el pacto social que sustenta al propio sistema.
CUANDO EL PACTO SE DIFUMINA
Ya que aludimos al pacto social, conviene señalar que en un esquema de dominación tiende a reducirse o a difuminarse. En el extremo, a desaparecer en su sentido de elaboración colectiva y su lugar ocupado por acciones que lo simulan desde el poder. En ese contexto, los intereses grupales (que pueden aglutinarse en “pactos” segmentados del conjunto) encuentran campo fértil.
Es en ese sentido que señalamos que el supuesto de la interacción es siempre recuperable en la noción de conjunto, empresa común que implica un sistema, pero que los pesos específicos la vuelven terrenal, es decir dependiente de coyunturas y circunstancias. Por lo mismo, parcelada y reducida en su rango de intervención efectiva en la determinación de las políticas públicas, al menos en su carácter de universal.
En este orden de ideas, la noción de sistema político queda en cuestión en lo que toca a la integración de las partes dentro del todo, integración que en el supuesto sistémico debe darse en arreglo a fines comunes cuya universalidad es evidente.
EN EL TINTERO
-Tiene razón nuestro lector Héctor Mendoza: “es intolerable la irresponsabilidad de la Sedena que ha dejado a Culiacán sin policía municipal ni oficiales de tránsito por semanas. Que están revisando, dice, y nunca terminan. ¿De qué se trata?”.
-Que algunos ya se han incorporado, se dijo hoy, han de ser dos o tres, porque no los vimos.
-En efecto, ya parece plan con maña y a eso correspondería la infame campaña contra Sinaloa, contra Culiacán, contra el gobernador Rocha, emprendida por el prianismo y sus epígonos mediáticos (no gratuitos) de la prensa chambona que no sabe trabajar y se agarra del mitote del día.
-Incluso columnistas cedemexos (de la CDMX, antes defeños) con pretensiones de balanzas colgándose de los infundios.
-Que Sinaloa “es un caso especial” ha dicho la presidenta Sheinbaum. Lo es en efecto y hay gato encerrado, culebra en el agua, como suele decirse.
-Más que una ficha (judicial) la jueza Nancy Juárez es una verdadera desgracia para el poder judicial que la ha enviado a hacer el ridículo.
–El indocumentado Elon Musk, así estuvo en Estados Unidos hace años, satanizando a los indocumentados.
–El prian ha convertido al Senado y a la Cámara federal en espacio del ridículo como nunca antes se había visto. No saben hacer nada más allá de la chunga de primaria. ([email protected]).