Ciudad de México.- El Día de Muertos en México es una de las festividades más emblemáticas, donde las tradiciones y costumbres se entrelazan para recordar y honrar a los seres queridos que han fallecido.
La preparación de los altares con ofrendas llenas de simbolismo es una práctica arraigada en la cultura mexicana, sin embargo, existe un detalle crucial que muchos desconocen.
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Según la creencia popular y las costumbres ancestrales, se considera un tabú colocar ofrendas en el altar de Día de Muertos a las personas que han fallecido recientemente. Esta práctica tiene sus raíces en el sincretismo entre el catolicismo y las antiguas tradiciones, donde se cree que las almas de los recién fallecidos están en proceso de llegar al Mictlán, el mundo de los muertos según los mexicas.
En el Día de Muertos, se sigue el ritual de recordar a los difuntos a través de ofrendas con elementos que solían gustarles en vida. Sin embargo, evitar colocar una ofrenda a quien ha fallecido recientemente tiene una razón profunda. La creencia detrás de este acto es que si se colocara un altar para un recién fallecido, su alma podría quedar atrapada en el limbo, impidiéndole completar su viaje hacia la paz eterna.
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El respeto por las tradiciones y creencias en torno al Día de Muertos es fundamental para comprender la importancia de honrar a los difuntos de acuerdo con las prácticas ancestrales. Evitar colocar ofrendas a los recién fallecidos es un gesto de respeto hacia el viaje que deben emprender las almas para encontrar su descanso final.