Los Mochis, Sin. – Este 2 de noviembre, la ciudad de Los Mochis se vistió de tradición y recuerdo al conmemorarse el Día de Muertos, una de las festividades más emblemáticas de México.
Familias enteras acuden al Panteón Centenario para rendir homenaje a sus seres queridos que han partido, cumpliendo con un ritual profundamente arraigado en la cultura mexicana.
Desde primeras horas de la mañana, el panteón se llenó de un ambiente de recogimiento y alegría. Los visitantes, trayendo globos coloridos y flores, llevaron consigo ofrendas que incluyeron, velas, fotografías y objetos que sus difuntos apreciaban en vida.
El acto de limpiar las tumbas es un gesto cargado de significado, donde cada familiar se dedica a embellecer el lugar que alberga a sus seres queridos. Con esmero y cariño, quitan el polvo y colocan flores frescas, creando un espacio digno que refleja el amor perdurable hacia aquellos que han pasado a mejor vida.
Una actividad esencial de esta tradición es la entonación de canciones que evocan recuerdos entrañables. Muchos han traído altavoces portátiles para poner las melodías que solían escuchar sus difuntos, llenando el ambiente con sus risas, historias y nostalgia. Esta práctica no solo sirve como un homenaje a quienes ya no están, sino que también permite a los presentes conectar con la memoria de sus seres queridos de una manera íntima y emotiva.
A lo largo del día, el panteón es testigo de momentos de reflexión, alegría y, sobre todo, de unidad familiar. Las familias recuerdan anécdotas, comparten comida y honran a sus difuntos con oraciones en algunas tumbas.
El Panteón Centenario se transformó en un lugar de encuentro entre el mundo de los vivos y el de los muertos, recordando a todos que el amor y la memoria son eternos.
Esta visita a los fieles difuntos, pintada de tradición y fervor, reafirma la importancia y el significado profundo del Día de Muertos en la cultura mexicana.
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