En las dos primeras semanas posteriores al primer culiacanazo en octubre de 2019, el robo de vehículo en Culiacán se disparó a 155 unidades. De estas, el 66% fueron robadas de las 15:00 horas a las 23:59; el 86% fue en vía pública y el 33% de los robos fueron el día del suceso. Las marcas con mayor incidencia fue Chevrolet, Italika, Freightliner y Nissan.
En el segundo culiacanazo, de acuerdo con cifras de aseguradoras, fueron 256 vehículos los robados; 40 unidades fueron incendiadas en su totalidad para bloquear las calles de Culiacán. El 40% de las unidades robadas fueron automóviles particulares y 33% fueron equipo pesado (tráileres). El resto fueron camionetas tipo Pick-up.
Según cifras de inicios de 2023 del sector asegurador mexicano, Sinaloa es el estado que registró más robos con violencia a nivel nacional con un 75% de hurtos a mano armada.
Ahora bien, del 9 de septiembre a la fecha, se han presentado 918 denuncias por robo de vehículo, la mayoría en Culiacán. El aumento de las cifras en el robo de vehículo en el espacio público tiene aspectos que lo definen: el espacio donde tiene lugar el robo y la temporalidad que lo caracteriza. Las zonas del robo y el contexto de violencias que lo conforman obligan a este atropello a la integridad patrimonial de los ciudadanos.
Ahora bien, este aumento de robos puede explicar la necesidad de vehículos por parte de un grupo criminal. A su vez, el tipo de marca que se necesita para un fin específico: logística, transportación, quema o uso de maquinaria, etcétera. Además, la ausencia de mecanismos de seguridad, tanto de prevención como de las propias autoridades encargadas de proteger a los ciudadanos.
Por un lado, estamos viendo un aumento de la criminalidad en el perfeccionamiento del robo de vehículo, ya que se ha vuelto un instrumento de operatividad de los grupos criminales, además de una nula intervención por parte de las autoridades, ya que son escuetas las notas periodisiticas donde se explica la prevención a robos de vehículos.
Mientras los grupos criminales se perfeccionan, las autoridades de seguridad mantienen esfuerzos débiles por proteger a los ciudadanos que tienen vehículos. Pareciera que con su nula intervención favorece la lógica de mercado de las aseguradoras, ya que, al no hacer nada las autoridades policiales, le dejan el trámite a la persona con la aseguradora la recuperación del monto del valor de su unidad, lo que es cómo decir: No hago nada. Al cabo, la aseguradora le va a pagar. El problema es que la aseguradora, al ver esa nula intervención, cada vez más recurrente, incrementará sus costos para asegurar un vehículo en Sinaloa.
En el reporte “Robo y Recuperación de Vehículos Asegurados de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros” (AMIS), con cifras de mayo de 2023 a abril de 2024, se menciona que Sinaloa cuenta con una incidencia alta en el robo de vehículo con violencia con el 76.71%, le sigue Zacatecas con un 76.27%, Puebla con un 72.48%, Michoacán con un 71.5% y Guanajuato con un 65.21%.
El valor de una buena o mala policía lo veremos reflejado próximamente en nuestras primas de seguros.