
Esta es la segunda vez que vuelve Trump al poder. Fue electo del 2016 al 2020 la primera vez. Fue el presidente 45 y ahora será el número 47.
Desde Groover Cleveland, presidente 22 y después el número 24, esto no se veía: un presidente era electo por primera vez, fue a su reelección y perdió para, posteriormente, ser electo cuatro años después.
La diferencia del primer Trump al de hoy es que no trae freno y los gurús tecnológicos están con él, pues el que comanda a esta tribu es Elon Musk, quien será su colaborador.
La migración y fentanilo son sus principales temas de negociación y fuentes de su discurso político, pero son la línea de golpeo para poder reordenar al TMEC. Las distorsiones sociales que produce la economía serán los factores para reagrupar los intereses económicos del capital americano y producir mayor desigualdad con sus socios. Al darse este reagrupamiento de intereses económicos, Trump apostará por un control más férreo con sus socios y la amenaza más perfecta es el arancel. Al parecer, su palabra preferida.
El arancel es la paradoja del libre mercado. Los americanos han sido los propulsores del neoliberalismo, pero se les salió de control incluso en su propio país. Por eso, este populismo nacionalista de derecha que lidera Trump es una oferta política que encontró eco en millones de americanos afectados por esas políticas devastadoras y predatorias. Por ello, el arancel es una esperanza para ellos, la esperanza de que vuelva a fortalecerse la industria automotriz, que es ahí donde será dirigido el arancel.
Mientras en México el arancel es el motor de cambio de las políticas de seguridad en nuestro país. Los militares cambiaron “El Abrazos no balazos” por el villista: “Dispara y después averiguas”. El segundo piso de la transformación no quiere que Trump les ponga aranceles y dificulte la exportación de productos mexicanos a EE. UU. Eso sería un problema muy grande en la agenda económica. Por eso, se le está cumpliendo a pie juntillas a todas las peticiones de Trump.
El populismo de derecha estadounidense le pondrá condiciones al populismo de centro izquierda nacionalista de México. Desde su conformación de régimen populista, ambos vecinos encontrarán puntos de acuerdo para prevalecerse. En Estados Unidos, los demócratas, no hay liderazgos, no hay figuras; en México, la oposición está peor. No hay voces ni personajes que puedan ir contra lo establecido.
Veremos cómo Trump fijará la agenda de seguridad, pero no podrá cambiar mucho del TMEC. No obstante, usará sus posiciones de seguridad y migración para tomar ventaja y venderle logros a su militancia que no quiere más migrantes.
Mañana tomará protesta el magnate inmobiliario. No trae freno. Tal vez la realidad lo detenga, pero se ve imparable y no tiene oposición.
Mientras acá no hayan cómo enfrentarlo…