
Redacción.- Ya es tiempo de cuaresma y con ello el consumo de pescados y mariscos, tanto el miércoles de ceniza, como cada viernes y los días santos.
El consumo de pescado en los viernes de cuaresma tiene sus raíces en la tradición cristiana relacionada con la práctica del ayuno y la abstinencia.
Durante este tiempo de penitencia, los fieles están llamados a privarse de ciertos placeres terrenales como parte de un ejercicio espiritual para fortalecer su conexión con Dios y centrarse más en lo divino.
La abstinencia de carne
En la tradición católica, la abstinencia de carne en los viernes de cuaresma es un acto simbólico de sacrificio y penitencia.
La carne, especialmente la carne roja, ha sido históricamente considerada un alimento más festivo y lujoso. En la Edad Media, por ejemplo, comer carne era un signo de celebración y de abundancia, mientras que el pescado era considerado un alimento más sencillo y accesible para las clases populares.
Al abstenerse de carne y optar por pescado, los cristianos expresan su arrepentimiento y buscan hacer una penitencia, sacrificando un lujo para acercarse más a la humildad.
La práctica de abstenerse de carne en cuaresma no solo tiene una dimensión de sacrificio, sino también una de solidaridad con los pobres y marginados.
Al elegir pescado, un alimento más humilde, se hace un gesto de empatía con aquellos que no tienen acceso a alimentos más lujosos, reflejando el llamado a la caridad y a la reflexión sobre las desigualdades.
Significado de la figura del pescado
El pescado, en muchas culturas cristianas, también tiene un significado espiritual. Es un símbolo de Jesucristo, ya que los primeros cristianos utilizaban el íctus (el símbolo del pez) como una forma secreta de identificación durante tiempos de persecución.
Además, varios de los discípulos de Jesús eran pescadores, y las historias de los milagros de Jesús relacionados con el pescado (como la multiplicación de los panes y los peces) también vinculan al pescado con aspectos centrales de la fe cristiana, como la providencia divina y la abundancia.
Tradición litúrgica
En la tradición católica, el viernes de cuaresma es particularmente significativo porque conmemora la pasión y muerte de Jesucristo.
La abstinencia de carne es una manera de unirse a este sacrificio, en señal de respeto y reflexión sobre el sacrificio de Jesús en la cruz.
El pescado se convierte en una alternativa aceptada y tradicional para ese día de penitencia, respetando las normas litúrgicas pero sin dejar de ser un alimento nutritivo y accesible.
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