Reinventando la Política

Estamos a 23 días de volver a recibir el yugo del presidente americano, estamos en una nueva fase de entendimiento con el “Aprendiz de Populismo”, el hombre que según todo lo puede, pero ya se le cayó la bolsa, junto con la empresa de su gurú tecnológico. El problema es que ni su populismo, ni su discurso, ni la genialidad de su gurú pueden armar de un día para otro un nuevo Wall Street a modo de ellos.
Así vamos a esperar la nueva sentencia, pareciera que el país está jugando el juego de Trump en El Aprendiz a través de la telerrealidad, pareciera que a cada semana a dirigentes de los países los va despidiendo, como si fuesen concursantes de su programa, pareciera que a Trudeau le dijo ¡estás despedido! Lo mismo a Zelensky, pero en México, un día le estropea sus decisiones y al otro día la ensalza, le aplaza aranceles, mientras para festejar la misericordia del Emperador Inmobiliario se hace un festival en el Zócalo.
Festival en donde las castas por descuido o no, descuidaron saludar en público a la presidenta Sheinbaum, para posteriormente disculparse.
Lo que no se dan cuenta una fracción importante de las castas es que ellos también juegan en el programa… de gobierno de Trump y se dejaron ver como aprendices, mientras la presidenta ya le tomó la medida o pareciera que empieza a adivinarle el juego al hombre naranja de la casa blanca.
Las castas o familias que integran Morena saben muy bien cuál es la agenda de Trump, pero se les olvida que pueden ser presa fácil de esos intereses ¿Entonces por qué le disputan el poder a la presidenta?
Si Washington empieza a pedir a figuras de poder que protegen con sus redes institucionales a intereses criminales y si resultara que varios de los nombres solicitados son parte de esas castas, ¿la presidenta Sheinbaum los va a defender? ¿Se negará a entregar a un compañero de partido? Será una ocasión perfecta para deshacerse de obstáculos a futuro y de legitimar su gobierno y así caminar hacia la refundación de su partido y despejar el camino de su sucesión.
A la presidenta Sheinbaum le darían el pretexto perfecto como lo hizo Salinas con la nomenclatura del viejo PRI, precisamente al abrir el comercio al país y en esta ocasión para renegociar el comercio con Estados Unidos, en ese juego de negociaciones puede quedar tirada una parte de la casta morenista. Nomás por hacerle a los picudos.
Y es que la presidenta ya tiene el dinero (Tesofe y SHCP), las balas (Sedena, SSPC y Semar), le falta Segob y el Partido. Ahí va despacito, pero con prisa.
El pretexto perfecto lo está dando Washington y por más nacionalistas que resulten las castas no dejan de ser abusivas… y la presidenta con su risita muy de ella puede conjugar el único verbo que se sigue aplicando en la política mexicana:
Los puede madrugar.