
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado fuertes críticas tras utilizar el término antisemita “Shylock” para referirse a algunos banqueros durante un discurso en Iowa donde discutía la legislación reciente sobre recortes de impuestos y gastos.
Durante sus declaraciones, Trump expresó: “Nada de ir a los bancos y pedir prestado, en algunos casos, a un buen banquero, y en otros casos, a Shylocks y a gente mala“.
Esta referencia a “Shylock” es considerada sumamente ofensiva, ya que este personaje es un prestamista judío sin escrúpulos mencionado en la obra de Shakespeare “El mercader de Venecia”.
La Liga Antidifamación emitió un comunicado condenando el uso de este término, señalando que evoca un tropo antisemita centenario sobre los judíos y la codicia, calificándolo de “extremadamente ofensivo y peligroso”. Incluso el representante Dan Goldman, demócrata judío de Nueva York, calificó las declaraciones de Trump como “antisemitismo descarado y vil”.
Ante las críticas, Trump manifestó que desconocía las connotaciones negativas de la palabra. En una declaración a los periodistas en el Air Force One, afirmó:
“Ser Shylock es alguien que, digamos, un prestamista de dinero a altas tasas. Nunca lo he oído así. Ustedes lo ven de forma diferente a mí. Nunca lo he oído así”.
La controversia ha generado un debate sobre el uso de lenguaje cargado de connotaciones racistas y antisemitas en la esfera política, destacando la importancia de la sensibilidad y el respeto en las expresiones públicas de los líderes.
En resumen, el uso de términos como “Shylock” por parte de figuras públicas como el presidente Trump no solo genera indignación, sino que también enfatiza la necesidad de conciencia y respeto hacia las diferentes comunidades para evitar perpetuar estereotipos perjudiciales.