Mazatlán, Sin.- La danza como forma de vida, como lenguaje del alma y como plataforma de cambio. Así se despide la Generación XXIII de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán (EPDM), que este sábado 5 de julio a las 20:00 horas presentará su función de graduación titulada “Zarpar”, en el emblemático Teatro Ángela Peralta.
Conformada por jóvenes provenientes de distintas ciudades de México, así como de Colombia y Ecuador, esta generación representa el espíritu diverso y creativo de una institución que, desde hace más de dos décadas, se ha consolidado como referente nacional e internacional en la formación dancística.
Bajo el respaldo del Instituto de Cultura de Mazatlán, la EPDM ha logrado posicionarse como semillero artístico, punto de encuentro para nuevas voces coreográficas y epicentro de propuestas escénicas de vanguardia.
El espectáculo ‘Zarpar’ no sólo es una función de graduación, sino la culminación de un proceso formativo riguroso, sensible y transformador. Sara Henao, de Pereira, Colombia, describe sus años en la EPDM como “llenos de amor y autoconocimiento”, y prepara su participación en un proyecto respaldado por Efiartes, junto a compañeros de generación.
Desde Ecuador, Daniel Delgado anuncia la creación de “Banca Vagabunda”, una iniciativa que nació en los salones de la EPDM y que ahora navegará por diversas ciudades del mundo.
Por su parte, Frida Alfaro, de Puebla, recuerda los desafíos que enfrentó al adaptarse, y cómo esos obstáculos se convirtieron en combustible creativo. Hoy lidera un proyecto coreográfico con el que recorrerá escenarios de todo el país.
Brandon de Las Casas, alias Gran Cocos, agradece el impulso de sus maestros y lanza “Chile, Mole y Pozole”, una plataforma de danza libre en espacios públicos. Juan Carlos Pineda (B-Boy Otis), de Los Mochis, da el salto a Querétaro para comenzar su carrera profesional como artista y estudiante.
Historias como las de Isaura Torres, Carolina Ponce, Iván Silva, María Fernanda Félix, Naima Toledo, Mariana Constantino y Alejandro Bárcenas entretejen esta generación, en la que la técnica se combina con la gestión, la colaboración y la experimentación artística.
Cada uno de los egresados comparte un objetivo en común: expandir los límites de la danza, llevarla más allá del escenario, transformarla en herramienta de cambio social y personal. Algunos apostarán por la enseñanza, otros por la investigación escénica, y otros más por crear colectivos que fomenten el diálogo interdisciplinario.
La EPDM ha demostrado que no solo forma bailarines: forma creadores, pensadores, gestores y transformadores culturales.
La presentación de “Zarpar” será una despedida, sí, pero también un punto de partida. Cada paso sobre el escenario será una declaración de futuro, una carta de navegación para estos jóvenes que llevan la danza en la piel y en el alma.
Los boletos tienen un costo de 200 pesos y están disponibles en la taquilla del Teatro Ángela Peralta.
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