Reinventando la Política
Pareciera que hoy en el país las formas de preservarse en política es replicar el discurso del presidente:
Los cocodrilos vuelan… vuelan, pero bajito decían en la liturgia del PRI.
Si hoy el presidente dice que sus hijos no son corruptos, sale el secretario de Gobernación a decir que acosan y atacan a la familia del presidente.
A Claudia Sheinbaum no le incomoda que les digan “corcholatas” y también llama a la unidad. De la misma forma, al igual que el presidente, se ataca al INE, diciendo que los que marchan por el INE defienden al fraude electoral, igual que el señor de las mañaneras.
Tambien la Dra. Sheinbaum le sigue el juego al presidente en la narrativa “liberales” contra “conservadores”.
Don Adán Augusto quisiera parecer la versión más dura y tosca de Andrés Manuel y no se esconde en quererse parecer al presidente.
El rebelde sin pausa, Ricardo Monrreal, ya se pausó, ya se envolvió en la bandera y dijo que él no quería nada y que jamás traicionaría al presidente: eso en el lenguaje de viejo priista significa que ya amarró la CDMX.
Las corcholatas empezaron a asemejarse al presidente para ver si así se fijan y el dedo fundacional de Morena o lo que es lo mismo “La encuesta” los apunta y puede así ser ungida o ungido candidata o candidato a la presidencia por Morena.
Todos buscan repetir la forma, las palabras, el calibre, los moditos, todos buscan parecerse al gran predicador de la teología de la transformación para ver si pueden liderar a sus bases fervorosas.
Ahorita el juego es parecerse al presidente, pero en el 2025, ¿cuál será el juego? ¿Acaso será deslindarse y ser original? Ya con AMLO de expresidente. Lo cierto es que por lo pronto todo apunta a parecerse a quien tomará la decisión y parece que López Obrador va a jugar a no arriesgarse. Va por todo.
Si un diputado federal, senador, gobernador u alcalde buscan parecerse en la forma al presidente, ¿están en lo correcto? Antes era así, la clase política del partido gobernante siempre buscaba parecerse al jefe político. Pero no buscaban ser calca a imagen y semejanza. Pero ahora la política es así.
¿Quién se parezca más al presidente será el mayor empedrado? ¿Y cuándo cambien las reglas?
Sin duda las apariencias engañan, los obradoristas de hoy si se descuidan serán las reses de mañana o serán entregados, si no a las autoridades, al odio popular.
En el 2025, dice el presidente que habrá una crisis externa. ¿Ya la vio venir el presidente?
Entonces aparte de heredar la silla el presidente heredará también una bomba explosiva.
Cuando pase, según será en el 2025, la presidente o presidente, ¿a quién le echará la culpa? ¿A los neoliberales o a AMLO? O ¿le echarán la culpa a Estados Unidos?
Ya sabemos como terminan los cuentos donde nadie le da la contraria al rey. Terminan evidenciados y humillados.
Querer parecerse al presidente ahorita tal vez será un negocio y como dice Shakira “Facturan” pero cuando eso acabe, ¿cómo van a quedar?
En unos años las reglas van a cambiar… y mudar de piel en Morena no es fácil… porque en el 2024 se van a dar con todo.
Habrá muchos damnificados en el camino y ahorita parecerse al presidente es buen negocio, pero a la larga será problema…
Si no al tiempo.
Tan fácil que es ser original.