Reinventando la Política
La venganza de los Nerds es una película muy cómica de a mediados de los 80´s, la trama versa en las aventuras de un grupo de “ñoños” o “estudiosos” que tratan de rebelarse contra las humillaciones de la fraternidad imperante Alfa-Beta.
Los jóvenes Gilbert y Louis entran a la Universidad de Adams, rápido los categorizan cómo Nerds, socialmente torpes. En ese centro de estudios el líder del grupo de los Alfa-Beta que son personajes populares, jugadores de fútbol americano y esos son los que aman en Adams, incluso, el entrenador tiene más poder que el decano que es un Nerd.
Después de que a los Nerds les niegan su propia hermandad, porque el consejo griego de Adams, que es controlado por los Alpha-Beta, consiguen ser aceptados por una comunidad exclusivamente por miembros afroamericanos llamada Lambda, Lambda, Lambda, para posteriormente vengarse de los Alpha-Beta.
Pareciera que esa película ejemplifica la mayoría de las designaciones del gabinete de la Dra. Claudia Sheinbaum: mucho Nerd, por así decirlo un perfil prestigiado, de personas que han pasado por las aulas y han tenido una trayectoria académica exitosa. El apotegma de 90% lealtad y 10% capacidad ha quedado a un lado, en posiciones cómo Salud, Hacienda, Semarnat, Ciencia, Relaciones Exteriores, Desarrollo Urbano y Comunicaciones y Transportes.
Pareciera que en el segundo piso de la Transformación los “Alpha-Beta” no ocuparan todos los cargos, los perfiles de políticos leales directamente al obradorismo. Esta vez, para sostener la gobernabilidad del país, los “Nerds” tienen que liderar la construcción del llamado “segundo piso”.
Ya no es posible caminar sobre el 90% de la lealtad. Aunque la votación de junio fue una votación abrumadoramente mayoritaria para Morena, la presidente electa, prefiere transitar sobre la capacidad, porque el rumbo del país tiene que pasar por las decisiones del conocimiento científico que por los arrebatos o arengas, eso sí, aunque actualmente así sigue.
¿Los nerds recompondrán el país? Por lo menos es una señal de capacidad, así como en Adams, el peligro es que al rato el Rector sea el entrenador de futbol.