Mazatlán, Sin.- Ataviados con vestuarios de manta y bordados, propios de la cultura totonaca, en la cabeza unos sombreros con flores, de colores llamativos, con una especie de plumaje hacia arriba.
Cuatro hombres, tres de ellos jóvenes y uno ya de avanzada edad se atan largas sogas así mismos.
Uno de ellos es Jesús Bautista, de 51 años, que, aunque no es veracruzano, es originario de Cuetzálan, Puebla, sabe bien el significado de lo que está a punto de hacer, pues lo ha repetido como osadía desde los 15 años, es decir lleva más de 30 años, siendo junto a sus primos un ‘pájaro de tierra’, como son llamados aquellos guerreros danzantes que evocan a los dioses desde lo más alto, en un ritual milenario que sólo hacen posible Los Voladores de Papantla.
Se escuchan los sones del volador, la señal de que es la hora justa. Los cuatro hombres han subido ya a lo alto de un poste de más de 30 metros de altura y sostienen largas sogas.
De repente ante la mirada atónita de los presentes que aguardan abajo, se dejan caer y suspendidos en el aire comienzan su magia al ritmo de la música, en un baile con el saludo a los cuatro puntos cardinales, girando en una coordinación casi a la perfección.
Es la danza de los Voladores de Papantla, que tiene su origen en Veracruz, una tradición declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, que si bien tiene su cuna en la cultura Totonaca hace más de 2 mil 500 años, actualmente en estados del norte del país se ha vuelto muy popular, pues se le ha atribuido cierto poder con respecto a las lluvias.
Sinaloa es una de las entidades y particularmente en el sur donde ya los aclaman, pues además de las creencias religiosas relacionadas con San Juan Bautista, que celebra su día el próximo 24 de junio, el presenciar o tener este ritual simboliza un esfuerzo más de invocar una temporada copiosa de precipitaciones para hacer fértil la tierra.
Casualidad o no, casos como el de Durango, que, tras haberse presentado en la Feria de Madera, se registraron fuertes lluvias y hasta granizo el año pasado han motivado que Los Voladores de Papantla comiencen sus giras por todo el noroeste del país con la esperanza de que su música, pero sobre todo su danza desde las alturas sea recibida como ofrenda por el mismísimo Tláloc.
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