Navolato, Sin.- En un pequeño ataúd blanco, rodeado de coronas de rosas, arreglos florales y globos, descansan los restos de la pequeña Alma Delia, de 6 años, esa niña a quien le cortaron las alas, aquella que apenas empezaba a vivir, la misma que tenía toda una vida por delante y que un hombre de 28 años la privó de ese derecho embravecido por las drogas y envalentonado por tener un machete en mano.
La pequeña, originaria de Guerrero, es velada en el módulo 7 de las cuarterías del campo agrícola “La Capilla” en Navolato, donde vivía de manera temporal.
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Último adiós
Decenas de trabajadores, jornaleros del campo y personal del empaque, llegaron después de las 11:00 de la mañana de este jueves para acompañar en sus últimos momentos a la niña, a quien le fueron arrebatados todos sus sueños e ilusiones de una forma brutal, que nadie quisiera recordar por la forma en que sucedió la tragedia.
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Testigo
Uno de los mayordomos del centro agrícola, Eloy Merino Alberto, relató que fueron él y uno de los vigilantes de las cuarterías los que sometieron a aquel hombre al que ‘se le metió el diablo’.
Esa trágica noche, inició cuando el ahora detenido atacó, con alevosía, primero a una mujer, de oficio apuntadora, quien estaba comiendo con su pareja, dentro de su cuarto y recibió un machetazo en la cabeza. Después de ello, le quitó la vida a la pequeña Alma, quien indefensa en todos los aspectos, no tuvo oportunidad de alejarse, y posteriormente, en otro cuarto distinto y lesionó a dos hombres que se disponían a cenar.
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“Como perro con rabia”
“Un chavalo ganó creo de drogas y como perro con rabia entró al cuarto donde estaba una pareja, ella escuchó ruido y abrió y (él) le dio un machetazo en la cabeza a la apuntadora. Ella no tiene problemas con nadie, ahí fue donde empezó”.
Con el limitado idioma español que maneja, por ser originario del estado de Guerrero, el mayordomo recordó cómo sucedió la tragedia de aquel pasado martes en la noche, y que conmovió a propios y extraños no sólo del municipio cañero, sino de todo el estado y el país, pues una niña que estaba por cumplir apenas 7 años de edad había sido asesinada brutalmente a machetazos.
Eloy Merino, platicó que el fue alertado por otros trabajadores que habían sido testigos de las atrocidades que estaba cometiendo el presunto responsable, también originario del estado del sur.
“Me dijo una señora: ‘ruido mayordomo’, esa persona se fue, se metió a otro cuarto. Otra gente estaba macheteando. Macheteo a tres y a la niña la mató. Los niños más grandes corrieron más recio, pero la niña más chiquita no, ella iba a cumplir años en abril, iba a cumplir 7 años”, dijo con la voz ya entrecortada.
Entre los relatos de Merino Alberto, éste reveló que el padre de Alma Delia también era una persona violenta, con antecedentes de haber golpeado a su madre y sus otros tres hermanos, al grado que tuvo que ser enviado de regreso a su pueblo natal, para evitar que siguieran los malos tratos al interior del complejo de trabajo.
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Regresa sin vida a su tierra
Esta tarde, Alma Delia, con el apoyo económico del dueño del campo agrícola, será trasladada por tierra hasta Xochistlahuaca, Guerrero, a unas 18 horas, según lo conversado por las personas allí presentes, para ser sepultada en su tierra natal, de donde su familia la había sacado para buscar llevar una mejor vida en uno de tantos campos agrícolas de la zona de Navolato. Será acompañada por su madre y sus hermanos, quienes le siguen llorando y también piden justicia para que el señalado como responsable, pague por la barbaridad que cometió.
Cruz de veladoras
En el patio frente a las cuarterías, el lugar en donde quedó el pequeño cuerpo sin vida, los vecinos colocaron una carpita, y, bajo esta, veladoras formando una cruz y flores, para recordar a la inocente y juguetona Alma Delia, pues ya no volverá a jugar con los demás niños, ya no se van a escuchar sus risas, sus gritos, ya no se volverá a ver pasar corriendo entre las casas, sólo deja el vacío, la impotencia y repudio de todos los trabajadores, que al igual que la familia, y que toda la sociedad, exigen justicia.
Descanse en paz, Alma Delia.
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