Culiacán, Sin.- En punto de las 9:45 de la noche de este lunes 26 de septiembre, elementos de la Policía Municipal y personal de los cuerpos de emergencia se dieron por vencidos y se retiraron para dejar por la paz a Martín, el hombre que mantuvo en jaque a corporaciones policiacas y cuerpos de socorro durante la tarde de hoy al trepar a lo alto de un árbol y negarse a bajar por más de 6 horas.
“No me voy a bajar y aquí me voy a quedar. Mi padre nunca me deja solo”, fueron algunas de las palabras que decía el hombre de 30 años de edad visiblemente tatuado del tórax y con un pantalón de mezclilla negro, que con el paso de las horas, el calor abrasador y el sol se secó por completo después de haber estado empapado de agua cuando inició el operativo de rescate.
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Poco después de las 3:30 de la tarde las autoridades fueron informados por medio de varias llamadas anónimas al servicio de emergencia 911 sobre una persona que se había lanzado al río desde el puente de la avenida Álvaro Obregón, a la altura del río Tamazula y por el lado del andador del Malecón nuevo.
Luego del llamado varios agentes de la Policía Municipal asignados al escuadrón ciclista llegaron primeramente al sitio para confirmar que el hombre no se había lanzado al agua, sino que en esos momentos se encontraba en las copas de un árbol de álamo a una altura aproximada de 20 metros desde el ras del suelo y aunque en un principio se le invitó a bajar por su propia voluntad, esto se negó argumentando que tenía miedo a que le hicieran algún daño.
“Me estaba bañando aquí (señalando una zona que se encuentra a un lado del árbol donde se encontraba trepado) pero me venían siguiendo para matarme y me subí hasta acá”, fue el argumento que el hombre daba a las autoridades que poco a poco se comenzaban a aglutinar a la orilla del barandal de acero de protección del puente.
“Bájate nosotros te vamos a ayudar. Nosotros te vamos a cuidar. No te va a pasar nada”, le decía una agente de la Policía Municipal que fue la primera en llegar al sitio y la cual le dio su palabra para protegerlo, pero ni así logró convencerlo.
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Luego de algunos minutos arribaron al lugar elementos de la Cruz Roja, Protección Civil del estado del municipio, personal del Cuerpo de Bomberos Culiacán y del grupo Gerum a bordo de varias unidades, entre ellas un camión escalera para rescates de altura.
Las horas fueron pasando y el desespero se fue apoderando de los uniformados al tratar de bajar al hombre, primeramente por las buenas y luego por la fuerza, pero ninguno de los presentes tenía la condición y la habilidad suficiente para trepar al árbol de más de 20 metros de altura y fue así que el camión escalera movilizó su brazo escala para llegar con dos elementos de bomberos hasta una distancia aproximada de 4 metros de Martín para tratar de bajarlo.
Al ver esta acción el hombre que demostró una habilidad extraordinaria para movilizarse entre los árboles, trepó rápidamente de rama en rama hasta brincarse a otro árbol donde se mantuvo alejado del camión escalera y de los uniformados.
“No me voy a bajar de aquí. Aquí me voy a quedar. Tengo miedo que me pase algo. Váyanse, yo no me voy a tirar, no tengo intención de tirarme. Déjenme solo. Mi padre nunca me deja solo”.
– ¿Y dónde está tu papá? Aquí no lo vemos- le decía una agente de la policía.
“Allá arriba está. En lo alto”, (señalando hacia el cielo) decía el hombre joven que atrapaba la atención de chicos y grandes y luego de algunos minutos de balancearse en los brazos frágiles del árbol se sentó en una de las ramas sin decir una sola palabra por más de un par de horas.
Al caer la noche varias unidades de rescate se retiraron del sitio junto con agentes de las corporaciones policiacas y solamente se quedó en el sitio una guardia de uniformados y personal de socorro a esperar a que Martín se cansara y decidiera bajar por su propia voluntad del árbol, pero alrededor de las 9:45 de la noche se percataron que el hombre sacó de entre sus ropas una soga con la que se ató al árbol y ante esta situación los policías y socorristas optaron por retirarse dejando en el sitio a Martín, quien probablemente al ver la ausencia de la autoridad bajó del árbol para tomar alimentos y agua que le fueron dejados en el tronco del árbol.
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