Mazatlán, Sin.- El incremento en los precios de la canasta básica no solo está afectando la economía de las familias mazatlecas, también los empresarios restauranteros se suman a la lista de perjudicados al grado de verse obligados a apretar el “cinturón”.
Roberto Osuna Valdez, quien tiene un restaurante en la comunidad rural de La Noria, manifestó que desde que decidió incursionar en la rama gastronómica y de servicios jamás había experimentando costos tan altos en productos que son elementales, aun así, dijo que incrementar el costo de los platillos no es una opción.
“En los seis años que yo tengo de restaurantero, yo no había visto incrementos tan altos. Te pongo un ejemplo tan caro, tu mencionaste el huevo, pero por ejemplo, una caja de papas hace tres meses contaba 600 pesos y ahorita cuesta 900 pesos. De un repente subió 300 pesos ¿Qué tenemos que hacer? El cinturón nos lo tenemos que apretar más porque también el subir los precios a como nos está subiendo la canasta, no lo podemos hacer”, comentó.
Señaló que como empresario en ocasiones solo queda buscar alternativas, ya que aunque el salario mínimo incrementa, eso no significa que sea suficiente para poder consumir un platillo con un mercado donde día a día suben más los productos.
Osuna Valdez puntualizó que es este sector el que más pierde, porque ante estos incrementos también inciden en la afluencia de los establecimientos.
A esta noción su sumó Rogelio Núñez Sosa, presidente del Consejo Nacional Gastronómico de Mazatlán, afirmó que este sector siempre resulta golpeado y ello los obliga a buscar alternativas y esperar que los precios se estabilicen.
“Ahorita que está bajando un poco el dolar, creemos que se van a estabilizar otra vez los precios. Porque el sector primario se rige con el precio del dólar en sus insumos y ahorita que está bajando creemos que nos veremos beneficiados”, señaló.
Finalmente agregaron que algunos empresarios de la rama gastronómica buscan diversificar sus servicios, hay quienes rentan sus establecimientos para eventos o implementan atractivos que mantengan un flujo de comensales diarios, todo con el afán de evitar bajar las cortinas.
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