Reinventando la Política
La lucha de los productores agrícolas pasa por un tema de mercado. Es un tema de pesos y centavos que se rige bajo el neoliberalismo tan criticado por el presidente, pero no les avienta un salvavidas a los hombres del campo.
Con trámites difíciles para poder acceder a los programas gubernamentales, este gobierno cercano a la gente, pareciera que no lo es cercano a quienes la alimenta.
Ayer mientras la nota de la toma del aeropuerto se volvía nacional, disputaba en atención con la renuncia de Adán Augusto a Gobernación el próximo viernes, quien tanto presumieron sería el fiable interlocutor para los hombres del campo y quien daría soluciones.
En el discurso, pasaron lo económico-agroalimentario por una aduana política, el resultado es el que se previó y estamos viendo: un completo abandono por parte de Gobernación que busca irse a gobernar a Palacio Nacional. ¿Qué me importan los agricultores del noroeste del país si puedo ser presidente? Esa es la lógica. Primero el poder.
Cuando venga Adán Augusto a Sinaloa, ¿qué le van a decir los productores? Si fuese el candidato de Morena y les dice que les va a arreglar el problema del campo cuando sea presidente, ¿le van a creer?
Claudia Sheinbaum y su paisanaje con Sinaloa, ¿ha servido para destrabar el problema del campo? Por más que el presidente desmitifique y maldiga al neoliberalismo, este, sigue rigiendo en nuestro país y en el caso de campo se rige con la bolsa de Chicago, donde por cierto los precios siguen a la baja. Por eso los productores salieron a protestar porque se sintieron desatendidos.
Criminalizar la protesta es válido para un gobierno de extrema derecha o de derecha, pero no para un gobierno de centro y menos para un gobierno que se hizo en las calles, que llegó al poder gracias a las protestas. No es por ahí, criminalizar a los hombres del campo que están desplazados por una lógica financiera rapaz, sería olvidarse de la esencia que llevó al gobierno al poder: la gente.
Los productores no están encontrando salida y en un sistema económico y político, cuando a los que alimentan a los demás los dejan en el desespero, ¿qué podemos esperar el resto de los grupos sociales?
Ahorita en el país todo es política. Pero irse contra los hombres del campo marcaría al gobierno de la Cuarta Transformación. Bien harían los partidos de oposición en no entrometerse en una lucha justa.
Si en Sinaloa se olvida y se abandona a los hombres del campo, ¿dónde quedó aquel apotegma de amor con amor se paga?
Se ocupa ser poderoso y ceder el poder para que se les demuestre amor en forma de impunidad y embajada.
Lo único que tienen que ceder los hombres del campo es su patrimonio, las deudas no las pueden ceder por más que quisieran, por eso tal vez tomaron el aeropuerto ayer, como una llamada de atención ante la indolencia del gobierno.
Gobierno que maldice al neoliberalismo en tribuna, pero cuando le conviene atiende a sus lógicas predatorias. La izquierda se hizo en la lucha social. Pareciera que muchos quieren que esto fuese ficción o se olvidara.
Sin duda las luchas sociales por la democratización y por el campo que enarboló la izquierda eran de verdad y le dieron sentido al país.
Una vez le escuché -en tono muy sarcástico- a Porfirio Muñoz Ledo sobre Miterrand (el último zar Galo), que le decía a su ministro Laurent Fabius:
-No cabe duda, que la izquierda bien vestida jamás será vencida.
No cabe duda que cuando la izquierda se llena se parece a Salinas de Gortari: no ve y no oye. ¿En qué más se parecerá?