
Mazatlán, Sin.- Don Beto se fue, dejó un legado en la música sinaloense, y ahora los que tuvieron la dicha de ser instruidos por su capacidad humana y musical, están consternados de la noticia de su fallecimiento.
El maestro de la música, Gilberto López García falleció este viernes 14 de julio en Mazatlán, y era reconocido por ser el fundador y líder del Sindicato de Trabajadores de la Música Sección 98, además de desempeñar diferentes roles dentro de su trayectoria musical y política en el puerto.
Fue líder sindical de 1958 hasta el 2004, y muchos de sus alumnos dieron la noticia en redes sociales de su partida, externando que el legado que dejó Don Beto quedará para siempre en la memoria de aquellos que compartieron momentos con él y sus melodías.
El actual secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Música Sección 98, Santiago Rosas, confirmó el fallecimiento de quien fuera uno de los pioneros en impulsar la formación de músicos en Mazatlán de renombre y bandas sinaloenses reconocidas.
“Nos tocó ver cómo Beto López libraba batallas, hacía acuerdos políticos, nos llevaba a tocar; Beto López tenía una personalidad jurídicamente muy completa para dirigir el Sindicato de Músicos, estoy un poco consternado porque para mí fue un segundo padre”, comentó.
Don Gilberto López García
Era conocido como el músico, el compositor, el arreglista, el director y el amigo de los músicos.
Nació el 4 de febrero de 1928 en el pueblo de El Recodo, y fue hijo de Miguel López Zamora y Concepción García. A la edad de 8 años estudió la primera y segunda parte de Solfeo con su hermano el trombonista, Mariano López, y estudió la tercera parte con el violinista, Juan de los Palos.
A esa edad por estar corto de edad y estatura, le dieron el clarinete requinto en el tono de Eb, y después se integró a la Banda Orquesta municipal de José Medina Peña, donde tocaba con su papá y hermano, y fue hasta 1946 cuando ya lo cambiaron al clarinete.
Aún tocando en la banda de José Medina Peña, se fue con la banda de Juan Gómez, y regresó con la banda de Juan Medina por el aprecio y admiración que tenía por él, por lo que al morir Juan Medina éste le heredó el puesto de director. A los pocos años formó una orquesta llamada Olga, la cual tocaba en los bailes de la mutualista en el poblado de Villa Unión, mientras que en Mazatlán lo hacía en la carpa Olivera, donde las familias más acaudaladas de Mazatlán disfrutaban melodías de las grandes bandas, como Glen Miller, Tommy Dorsey, Benny Goodman, entre otros.



A los 12 años entró a la banda municipal y después fue director de ésta a los 20 años, pero en 1978 se desintegró cuando el presidente municipal, Rafael Tirado cortó los apoyos, y después formó la orquesta Belmar, la cual tuvo grandes éxitos en sus presentaciones.
Como luchador social ingresó al sindicato en calidad de secretario de actas, siendo su hermano Mariano el secretario general, quien tiempo después tomaría las riendas de éste con grandes logros para el gremio.
En 1994 gestionó la creación de la escuela secundaria en San Marcos que actualmente lleva su nombre. Formó la banda el Ritmo De La Costa donde infinidades de músicos pasaron en diferentes generaciones.
Fue diputado local y regidor por la fracción del PRI, y trabajó en la Escuela Municipal de Artes, donde al tiempo se jubiló y también dejó las riendas del sindicato.
Procreó 5 hijos con su esposa Ángela, Beto, Luis, Ana Olivia, María Dolores y Sergio, llevando este último la herencia musical de su padre.




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