*Tasukete kure ¿El clamor que viene?
*“Fue absolutamente innecesario”: Japón
*“Lo más grandiosa de la historia”: EU
*Para la antología de la barbarie universal
A 78 años del bombardeo a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, las nuevas generaciones enfrentan la responsabilidad de que las víctimas de los bombardeos atómicos “sean las últimas” que haya registrado la historia de la humanidad. ¿Será posible?
El recuento obligado
Eran en Japón las ocho de la mañana con 15 minutos, en punto, del 6 de agosto de 1945, cuando el bombardero norteamericano “Enola Gay” arrojó la bomba atómica sobre Hiroshima.
En segundos, el 97 por ciento de la ciudad se redujo a cenizas; 78 mil 150 personas murieron; 37 mil 425 recibieron heridas graves y 13 mil 93 desaparecieron.
En su cuartel general de Estados Unidos, el entonces presidente Harry S. Truman recibió el reporte oficial y expresó para la antología de la barbarie universal: “es lo más grandioso de la historia”.
Absolutamente innecesario
Los pronósticos habían sido rebasados ampliamente, pero aún así, el 9 de agosto, una segunda bomba cayó sobre Nagasaki: 75 mil víctimas más y la mitad de la ciudad destruida en un instante.
El gobierno japonés, que contrariamente a las versiones oficiales de los estadounidenses estaba negociando el fin de la guerra desde tres meses antes, declaró: “fue absolutamente innecesario”.
En Estados Unidos hubo grandes expresiones de júbilo, pero muchas voces conscientes empezaron a plantear serias dudas sobre la “civilización” de su país. La herida nunca cerraría.
Apenas el 16 de julio del 45, había sido detonada la primera bomba experimental en Alamogordo, Nuevo México. Su poder destructivo no fue debidamente calculado ni siquiera por los encargados del “Proyecto Manhattan”. Urgía emplear la bomba para “escarmentar” a Japón… y advertir al resto del mundo.
Poder de aniquilación extraordinario
Robert Openheimer vio, demudado, el hongo atómico y los principales científicos de su equipo entraron al mayor conflicto ético que se ha planteado sobre la ciencia y su uso destructivo.
Ahora, a 78 años de distancia, se calcula que tan solo entre Rusia y Estados Unidos poseen alrededor de 40 mil cabezas nucleares. Y muchos otros países se han integrado al “club nuclear”.
Todas y cada una de las actuales bombas tienen un poder de aniquilación extraordinariamente superior a sus antecesoras de Hiroshima y Nagasaki.
También poseen arsenal atómico China, Inglaterra, Francia y se presume que Israel, la India, Irán, Paquistán e Irak pueden tener la bomba.
Tasukete, kure
Quienes llegaron a Hiroshima luego del estallido, relatan que pululaban seres sin rostro con la piel cayendo a pedazos y gimiendo: “tasukete, kure” (auxilio, por favor).
Las razones del poder no se acaban, la ambición descarnada y las reglas del capital imponen su propia lógica; las matrices de la guerra, con todos sus excesos, están ahí.
“Tasukete kure”, en todos los idiomas, puede ser la expresión dramática de la humanidad, perdido el rumbo y su destino en manos de los grandes capitanes del poder y del dinero.
¿Se podrá entender, todavía? El tiempo se agota.