Reinventando la Política
Siempre hay una primera vez y en democracia también aplica: le tocó al PRI, ya que a casi 100 de años de fundado ese partido no postulará candidato propio.
El dirigente del PRI, Alejandro Moreno, anunció el pasado miércoles que irá con la candidata propuesta por el PAN: Xóchitl Galvez.
El PRI, primero se quedó sin control político dentro de la agenda de los gobiernos emanados de sus siglas, después se fue quedando sin sus cuadros de peso pesado, al quedarse sin agenda y sin pesos completos se quedó sin discurso, después sin sus militantes y ahora ya no puede poner candidato presidencial.
En 1929 el PNR fue fundado por Calles, para posteriormente ser exiliado por Cárdenas y este le cambia las siglas a ese aparato político y ser el PRM, ya con la revolución institucionalizada teniendo a un civil como presidente se pasó a llamarse el PRI.
Tal vez esta será la primera vez que el PRI no postula candidato, pero desde 1970 el PRI no postulaba a un candidato formado desde sus bases y es que con todo y todo Luis Echeverría Álvarez se formó en la burocracia partidaria y de Administración Pública Federal y rompió el molde de la sucesión, que se movía como péndulo: ya fue este grupo, ahora le toca al otro, ya fue derecha, hoy toca izquierda, ya fue el jacobino, ahora le toca al persignado.
Fue en ese destape de 1976 que Echeverría no le importó el PRI y destapó a su cuate: José López Portillo y ahí se fracturó la liturgia de la sucesión. Al destapar a su amigo, el presidente Echeverría abrió la puerta para romper equilibrios políticos.
Cuando al PRI le llegó su segunda oportunidad de volver al poder, en el 2012 fue con el ala más frívola y corrupta, fue lo que orilló que el discurso olvidado de Echeverría y sus formas de gastar y sus discursos volvieran con otro empaque al poder.
En el Yonke de la democracia para el PRI solamente tienen valor las plurinominales, ya que es el partido “Lala”, porque nomás gana en la región lagunera.
El cascajo del PRI está desmantelado y ni siquiera pudo poner candidato, pero sus formas siguen impecables en la placenta que lo parió: la presidencia de la república y en las formas de su último mohicano: el Echeverriato.