Mazatlán, Sinaloa.- Los niños del colegio SAM, festejaron a lo grande en su día, porque la fiesta empezó desde el momento que ellos entraron a las instalaciones.
Cuando los menores arribaron al colegio ya estaba todo listo para que los niños pasarán un gran día y se llevaran una gran experiencia y bonitos recuerdos de ese colegio.
Al entrar a las instalaciones se pudo apreciar tres grandes brincolines los cuales los niños disfrutaban y en uno de ellos tenían que escalar y llegar hasta lo más alto, en los otros era un brincolín con redes por seguridad de los menores.
Pasando a la siguiente área, los gritos de alegría y el cantar de algunos de ellos se podían escuchar porque en la zona había una área de karaoke y cada uno de ellos escogía una canción, la cual interpretaba a todo “galillo”.
Pero cerca de ellos estaban algunos menores jugando al golf, otros intentaban meter un pollo plástico a un balde, otros más a reventar globos con dardo.
Pero lo bueno apenas empezaba porque en otro punto de la cancha había un grupo de niños que intentaba meterle gol a un chango de madera, el cual giraba y todas las pelotas bloqueaba y eso motivaba a que el siguiente niño, llegará más dispuesto que nunca anotar el tan deseado gol, pero el mono volvió bloquear la pelota, algunos de los menores que jugaban en la zona de tanto divertirse al parecer les empezó a dar hambre y de inmediato se formaron en una fila en donde estaban dando donas azucarada y en otra mesa les entregaban churro, gomitas, palomitas entre otros antojitos.
Pero cuando los niños pensaban que ya había pasado, lo mejor caminaban hacia otro patio y se encontraban con un toro mecánico, y los menores rápidamente se formaban para treparse y así demostrar que podían domar a ese animal mecánico.
Luego los maestros los mandaban llamar por grupos y los subían hasta el segundo piso en donde antes de entrar les daban unas diademas con luces y unos bastones luminosos y al momento de que entraban al salón todos se sorprendían porque donde anteriormente era la cancha de basquetbol esta se había convertido en una discoteca inspirada en los 60’s en donde la música retumba y el humo invadía el lugar, mientras que las luces robóticas se movían al ritmo de la música al igual que los niños bailaban y cantaban.
También lee: ‘A mí, no me falta nada, pa’ mí la vida es un sueño’, Neto Coppel agarra ahora ‘un puño de tierra’ a ritmo de banda
Fue un gran día para todos los niños del colegio SAM, mismo que recordarán durante mucho tiempo.
¡Síguenos en Facebook, X, YouTube e Instagram! La información más relevante de lo que acontece en Sinaloa, México y el mundo está en Los Noticieristas