Culiacán, Sinaloa.- El cumplir con un propósito y una meta motivaban a Alan Gutiérrez a despertar cada mañana y trasladarse por alrededor de tres horas a la escuela primaria Guadalupe Victoria, en la colonia Loma de Rodriguera en Culiacán.
Alan es maestro de educación artística y durante dos años y nueve meses estuvo viajando de Mazatlán a Culiacán con la esperanza de algún día regresar a casa y poder dar clases en su municipio con una base sólida.
Después de ese tiempo, la espera terminó; le habían concedido su cambio a Mazatlán. Sin embargo, no se regresaba solo, sino que un sinfín de aventuras y experiencias lo acompañaban, y decidió compartirlas con otros docentes foráneos que sabía que, en más de una ocasión, pensaban en tirar la toalla.
Ciento sesenta y dos boletos de pasaje de autobús que guardó y le hacían recordar lo vivido durante ese trayecto en el que inició su carrera como docente.
Aseguró que llegó con un sueño y se fue con una realidad, pues fueron tantos los momentos en los que anhelaba su cambio.
El maestro de educación artística decidió plasmar todos esos recuerdos en la práctica y realizar una obra con esos boletos que, día a día, le recuerdan una bonita historia de sus inicios en la docencia.
Hizo un llamado a los docentes foráneos para que no se rindan y luchen por sus sueños, pues en algún momento estarán en el lugar que tanto desean, con esa base que actualmente quizás solo es un sueño.
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