Reinventando la política

Vladimir Illich Lenin hizo su testamento político, cuándo su salud estaba ya menguando, al percibir su muerte, el líder de la revolución rusa fue proponiendo cambios en el politburó soviético. También comentó que Stalin saliera del puesto de Secretario General del partido. Lenin esperaba que su voluntad se leyera en el XII Congreso del Partido, pero se fue dosificando la lectura, ya que el testamento exigía la conformación de un triunviato, que obviamente a Stalin no le convenía.
En el testamento había crítica a Stalin y León Trotski, sabemos cómo acabó todo: Stalin dueño de la URSS y a Trotsky lo mataron en su casa en la colonia del Carmen en Coyoacán.
Francisco Franco, dueño de España de los 40´s hasta la mitad de los 70´s, hizo también su testamento político, desde 1969 lo redactó y lo dejó a resguardo y en una corrección posterior que hizo dejó muy bien explicado que su sucesor sería Juan Carlos de Borbón, aquí reproduzco unas líneas:
“Por el amor que siento a vuestra patria, os pido que perseveren en la unidad y en la paz que rodeen al futuro Rey de España, Juan Carlos de Borbón”… “No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros y deponed, frente a los supremos intereses de la Patria y del pueblo español”
Los enemigos de Franco eran los masones y los comunistas, quienes no eran los enemigos de España, posteriormente el Rey Juan Carlos (Quién por cierto ya no vive en España) le dio la representación política a los socialistas, en la reforma política y permitió la legalidad de la masonería en ese país, esos eran los enemigos de Franco que le endosó a España.
Recordemos que en la España de Franco ha sido el país que erigió un tribunal que perseguía a los masones y a los comunistas.
La historia marca que el sucesor de Franco, el Rey Juan Carlos sepultó su testamento político y lo guardó en el basurero de la historia.
Adolfo Hitler también hizo testamento político, ya perdida la guerra en su bunker, habló de la historia de la primer guerra mundial y de lo que se hizo en la segunda gran guerra, nombra presidente del Reich al Almirante Karl Donitz, corre de las funciones estatales a Hermann Goring, despide a Henrich Himmler para que no llevase ninguna negociación con los aliados. En fin, la escena de la película “La Caída” esa de tantas parodias se han hecho es parte de ese testamento político.
Seis días antes de morir, Benito Mussolini, redacta su testamento político deja ver su visión geopolítica con sus ojos idealistas provenientes del fascismo republicano, El Ducce, hizo su testamento estaba perdido.
Hace unos días, el presidente López Obrador dijo que había dejado su testamento político, su voluntad, para que continúen sus ideas y su movimiento, cómo buen jugador de dominó tiró una carnada, para poco a poco cerrar el juego. Es eso o ¿Qué estará pensando el presidente?
La historia dice que las últimas voluntades en política no se cumplen. Ni Franco que tenía todo amarrado, dejó sucesor mas no prevaleció la voluntad política de su legado, no se gobernó cómo él quería. Lenin le comió el mandado Stalin, Hitler estaba perdido por todos lados y Mussolini pereció en la horca y nada le sobrepasó.
Sin duda, esta fue una finta muy bien armada por el presidente, para ir ahorcando a quien se vaya con ella, aunque ahí trae a varios ahorcados ya.
López Obrador va a jugar al dominó en su sucesión… toda cosa es de traer fichas y seguir jugando hasta el final.